Hola... Quiero que leas con atención este párrafo:
“Nos enfrentamos hoy con el futuro más extraño e impredecible con que se ha enfrentado generación alguna. Tenemos en las manos una gran civilización que salvar... o perder. Ante estas circunstancias nos preguntamos: ¿Alguien, alguna cultura del pasado nos puede ofrecer lecciones aún válidas en el presente? Yo creo que sí”.
El texto que acabas de leer fue escrito el mes y el año que nací, vale decir, mayo de 1956. Hasta la fecha han pasado 54 años; al igual que tú, pienso que hoy en día el texto es cien por cien válido.
En el párrafo se preguntaba si alguna civilización antigua puede ayudarnos a solucionar los problemas de hoy. La respuesta es sí. La más grande civilización anterior a la nuestra fue la griega; ellos también vivieron en un mundo peligroso; eran un pueblo pequeño, eminentemente culto, rodeado de tribus salvajes y siempre bajo la amenaza del más formidable poder asiático: El Imperio Persa.
Sucumbieron los griegos, al fin; más la razón de su ruina no fue el poder de los enemigos exteriores, sino la relajación de la propia fuerza espiritual. Mientras los griegos conservaron incólume esa fuerza interior, su patria fue invencible; y dejaron tras sí tesoros artísticos y filosóficos que todavía nadie ha superado.
Condición básica de todas las hazañas griegas fue la libertad. Esta idea nació en Grecia y, con ella, esta pequeña nación pudo prevalecer a pesar del potencial humano y la riqueza desplegados contra ella.
En Maraton y Salamina las huestes persas, de aplastante poder numérico, sufrieron terribles derrotas bajo el brío inteligente de las pequeñas fuerzas griegas. Allí quedó demostrado que un hombre libre es superior a muchísimos hombres sometidos a un tirano. Y Atenas, donde la libertad era el bien más amado, forjó con su dirección viril tan asombrosas victorias.
No sólo todos los hombres libres participaban en el gobierno, sino que además el amor a la belleza y el deseo de contribuir a su creación, eran compartidos por la mayoría de los ciudadanos.
¿Cuál era la instrucción escolar para los niños? Y la frase que la resume es esta: Se les enseñaba a pensar.
Un romano reflexivo que viajó a Grecia en el siglo II decía: Nadie ha prosperado nunca bajo la democracia, excepto los atenienses. Poseían el dominio de sí mismos y respetaban la ley.
Platón decía: “La libertad no es asunto de leyes ni constituciones”; únicamente es libre aquel que realiza en el fondo de su ser el orden divino, la verdadera norma por la cual el hombre se gobierna y conduce a sí mismo.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!
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