Hola,... Los vientos huracanados del Atlántico eran un verdadero azote para aquella región, en la cual las cosechas eran abundantes y los ganados crecían fuertes y sanos. Todo era paz y tranquilidad mientras no soplasen los vientos huracanados. Antonio, el dueño de la granja, necesitaba trabajadores para la época de las cosechas y contrató a muchos, pero todos ellos en la época de los grandes vientos tenían miedo y se iban. Un día llegó a la granja un hombre muy chiquito, flaco y un poquito pasado de edad, sobre todo pensando en los duros trabajos del campo. Antonio lo miró y le dijo: ¿Qué desea? El hombre le contestó: -Tengo entendido que usted está buscando operarios para su granja y yo quisiera ser uno de ellos, ¿me puede aceptar? Antonio se quedó observándolo y le preguntó: -¿Usted sabe de los fuertes vientos de esta región, que azotan nuestros campos y hacen correr peligro a nuestros ganados y a nuestras cosechas? -Por supuesto que sí, le contestó el hombre, pero mi cualidad principal es que yo “DUERMO TRANQUILO CUANDO EL VIENTO SOPLA”. Antonio no entendió mucho esta frase; lo aceptó en su granja y pasadas algunas semanas se dio cuenta de que aquel frágil hombre era una auténtica máquina de trabajo, “pura fibra”. Una noche comenzaron a soplar los vientos del Atlántico y Antonio -que sabía la que se venía- se levanta, toma la linterna, baja al primer piso, se acerca al operario -éste por supuesto dormía plácidamente en su cama- y le toca en el hombro; el operario se da media vuelta y pregunta qué es lo que está pasando. Antonio le dice: -Levántate rápido, nos queda una gran tarea porque están viniendo fuertes vientos del Atlántico. El hombre le contestó: -Ya le comenté que “PUEDO DORMIR TRANQUILO CUANDO EL VIENTO SOPLA”, nuevamente se dio media vuelta y siguió durmiendo. A Antonio no le quedó otra que correr hacia el granero, hacia el establo,… pero sorprendido descubrió que todos los montículos de heno estaban cubiertos con carpas, las vacas en los graneros, las gallinas en sus gallineros, las puertas bien aseguradas con varas, las ventanas cerradas… Todo en orden, asegurado y atado. ¡Nada iba a volar con el viento! El granjero, por fin, entendió lo que quiso decir su empleado; volvió a su cama para dormir tranquilo mientras el viento soplaba. Es tiempo de Cuaresma y, hoy, la Palabra de Dios en el Evangelio nos habla de un agua que la Samaritana negaba dársela a Jesús hasta que Él le dijo: -“El valor de esta agua es temporal, el agua que Yo te puedo dar es eterna”. ¡Cuán importante es en nuestras vidas fundamentar nuestra fe y beber de las fuentes de Cristo para resistir los embates de la vida! Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
REFLEXIONES – Por Los Caminos del Señor
Afronta los retos de la vida.
Hola,... Por supuesto que no he olvidado que estamos en un tiempo que la Iglesia nos prepara para que, desde nuestro interior, vivamos un camino de conversión.
Sabia es aquella persona que, reconociendo sus errores, pone “manos a la obra”; y conociendo sus virtudes logra que éstas alcancen el grado máximo.
Hace unos momentos, antes de ponerme a escribir estas líneas, estuve hablando con mi madre y, justo al colgar el teléfono, se me vino a la memoria una frase que ella usaba mucho, al igual que yo, de niño, escuché a muchas otras personas: “GUARDA PAN PARA MAYO”. Esa expresión explica que cada uno de nosotros debemos proveernos de lo necesario para afrontar los peligros de la vida... Es natural que la vida moderna conlleva a muchos peligros, muchas situaciones comprometedoras, muchos momentos verdaderamente angustiosos y aquí no es cuestión de bajarse del ómnibus y decir “ya no sigo el camino”, porque la vida continúa y en muchos casos es peor quedarse detenido ante los problemas, que avanzar en medio de la tormenta, pero sabiendo hacia dónde nos dirigimos.
Lee esta historia: En la Costa Atlántica de los Estados Unidos hay una zona destinada a la agricultura y en ella hay varios caseríos o granjas que se dedican al cultivo de los productos de “pan llevar” y de ganadería. Pero en esta zona, cercana al Océano Atlántico, hay fuertes ventoleras, las cuales pueden provocar destrucciones masivas como levantar tejados, arrastrar por kilómetros los fajos de hierba e, incluso, destruir los sembríos…
Un granjero había entrevistado a muchos jornaleros, pero poco era el tiempo que duraban en la granja por las inconveniencias climatológicas que allí se vivían. Un día se le acerca un hombre de baja estatura y de contextura delgada -pasados ya los cuarenta años-; cuando el granjero lo vio, le preguntó si tenía experiencia trabajando en granjas y esta fue la respuesta que le dio: “PUEDO DORMIR CUANDO EL VIENTO SOPLA”.
La verdad es que el granjero -como dicen- se quedó en la calle sin entender lo que esta frase significa, pero, como buena gente, le dijo a aquel diminuto y escuálido hombre: -Quédate a trabajar en la granja. El hombre era diligente, trabajaba bien, de sol a sol… y la verdad es que el granjero estaba encantado de su labor.
Un día sucedió algo terrible. Era de noche, el viento comenzó a soplar fuertemente, los árboles se batían llegando a resquebrajarse algunas ramas y en eso el granjero saltó de la cama, agarró su linterna y corrió hacia donde estaba su empleado; lo despertó gritándole: -Levántate, viene una tormenta, ata las cosas antes de que salgan volando.
El pequeño hombre se dio media vuelta en su cama y exclamó con firmeza: -Señor, yo le dije que “podía dormir cuando el viento sopla”.
La historia continúa y, tú y yo, nos comprometemos a encontrarnos el siguiente domingo en esta misma esquina.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
Sabia es aquella persona que, reconociendo sus errores, pone “manos a la obra”; y conociendo sus virtudes logra que éstas alcancen el grado máximo.
Hace unos momentos, antes de ponerme a escribir estas líneas, estuve hablando con mi madre y, justo al colgar el teléfono, se me vino a la memoria una frase que ella usaba mucho, al igual que yo, de niño, escuché a muchas otras personas: “GUARDA PAN PARA MAYO”. Esa expresión explica que cada uno de nosotros debemos proveernos de lo necesario para afrontar los peligros de la vida... Es natural que la vida moderna conlleva a muchos peligros, muchas situaciones comprometedoras, muchos momentos verdaderamente angustiosos y aquí no es cuestión de bajarse del ómnibus y decir “ya no sigo el camino”, porque la vida continúa y en muchos casos es peor quedarse detenido ante los problemas, que avanzar en medio de la tormenta, pero sabiendo hacia dónde nos dirigimos.
Lee esta historia: En la Costa Atlántica de los Estados Unidos hay una zona destinada a la agricultura y en ella hay varios caseríos o granjas que se dedican al cultivo de los productos de “pan llevar” y de ganadería. Pero en esta zona, cercana al Océano Atlántico, hay fuertes ventoleras, las cuales pueden provocar destrucciones masivas como levantar tejados, arrastrar por kilómetros los fajos de hierba e, incluso, destruir los sembríos…
Un granjero había entrevistado a muchos jornaleros, pero poco era el tiempo que duraban en la granja por las inconveniencias climatológicas que allí se vivían. Un día se le acerca un hombre de baja estatura y de contextura delgada -pasados ya los cuarenta años-; cuando el granjero lo vio, le preguntó si tenía experiencia trabajando en granjas y esta fue la respuesta que le dio: “PUEDO DORMIR CUANDO EL VIENTO SOPLA”.
La verdad es que el granjero -como dicen- se quedó en la calle sin entender lo que esta frase significa, pero, como buena gente, le dijo a aquel diminuto y escuálido hombre: -Quédate a trabajar en la granja. El hombre era diligente, trabajaba bien, de sol a sol… y la verdad es que el granjero estaba encantado de su labor.
Un día sucedió algo terrible. Era de noche, el viento comenzó a soplar fuertemente, los árboles se batían llegando a resquebrajarse algunas ramas y en eso el granjero saltó de la cama, agarró su linterna y corrió hacia donde estaba su empleado; lo despertó gritándole: -Levántate, viene una tormenta, ata las cosas antes de que salgan volando.
El pequeño hombre se dio media vuelta en su cama y exclamó con firmeza: -Señor, yo le dije que “podía dormir cuando el viento sopla”.
La historia continúa y, tú y yo, nos comprometemos a encontrarnos el siguiente domingo en esta misma esquina.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
Hola,... En este momento recuerdo con mucho afecto las generosas y sabias palabras que nuestro buen amigo, el “loco de la colina”, me acaba de comentar. Vayamos por partes: Todas las mañanas, muy temprano, cruzo el jardín de mi casa y me dirijo hacia un lugar en el cual guardo mi bicicleta. En esta oportunidad el “loco de la colina” me pidió que lo escuchara y desde sus palabras, siempre sabias y aleccionadoras, pudiera yo compartirlas contigo. Tomé nota y, hoy, estas frases te las transcribo:
- La historia de todo hombre está escrita en el corazón de su madre.
- Si quieres ver el arco iris tienes que soportar la lluvia.
- El que ama es como el árbol que cubre de flores la mano que lo sacude.
- El hombre no muere cuando deja de vivir, pero sí cuando deja de amar.
- No existe viento favorable para el marinero que no sabe a dónde ir.
- El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.
- Cuando se ama, la cuestión no es amar más, sino amar mejor.
- Los hermanos pueden no ser amigos, pero un amigo siempre será un hermano.
- Una persona alegre es bálsamo para los demás.
- Puedes olvidar a aquel con quien has reído, pero no a aquel con el que has llorado.
- Los grilletes de oro son mucho más dolorosos que los de hierro.
- Sabes que cuando uno es amigo de sí mismo, lo es también de todo el mundo.
- A la cima no se llega superando a los demás, sino superándose a sí mismo.
- En la vida hay algo peor que el fracaso, el no haber intentado nada.
- La verdadera educación es la que te ayuda a obtener lo mejor de ti mismo.
- El bosque sería muy triste si sólo cantasen los pájaros que mejor lo hacen.
- No es sólo el paisaje lo que te pierdes cuando vas demasiado de prisa.
- De las flores esperamos que tengan perfume, de los hombres educación.
- Si admiras el vuelo de los pájaros, acabarás teniendo alas.
- Si quieres ver el arco iris tienes que soportar la lluvia.
- El que ama es como el árbol que cubre de flores la mano que lo sacude.
- El hombre no muere cuando deja de vivir, pero sí cuando deja de amar.
- No existe viento favorable para el marinero que no sabe a dónde ir.
- El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.
- Cuando se ama, la cuestión no es amar más, sino amar mejor.
- Los hermanos pueden no ser amigos, pero un amigo siempre será un hermano.
- Una persona alegre es bálsamo para los demás.
- Puedes olvidar a aquel con quien has reído, pero no a aquel con el que has llorado.
- Los grilletes de oro son mucho más dolorosos que los de hierro.
- Sabes que cuando uno es amigo de sí mismo, lo es también de todo el mundo.
- A la cima no se llega superando a los demás, sino superándose a sí mismo.
- En la vida hay algo peor que el fracaso, el no haber intentado nada.
- La verdadera educación es la que te ayuda a obtener lo mejor de ti mismo.
- El bosque sería muy triste si sólo cantasen los pájaros que mejor lo hacen.
- No es sólo el paisaje lo que te pierdes cuando vas demasiado de prisa.
- De las flores esperamos que tengan perfume, de los hombres educación.
- Si admiras el vuelo de los pájaros, acabarás teniendo alas.
Todo esto me lo comentaba mi amigo el “loco de la colina” y, como te he comentado en más de una oportunidad, siento en este hombre un toque de la divinidad que hace que las cosas humanas trasciendan hacia el cielo; al mismo tiempo que las cosas del cielo, nuestro buen amigo las convierte en humanas.
La última frase, como todas las anteriores, guarda una relación muy sustancial con aquello que los humanos decimos que son nuestros sueños y, de la misma manera, que somos lo que soñamos; también pensamos que si adquirimos el vuelo de los pájaros, acabaremos como ellos teniendo alas y, al igual que los pájaros, podremos surcar el océano de la vida sin aquellos contratiempos que tienen las personas que sólo ven cada día sus problemas y sus dificultades y, enredándose en ellos, no son capaces de avanzar.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
La Caja de Pandora
Hola,... Los dioses estaban “que echaban chispas”; el más molesto de todos, por supuesto, era Zeus, quien preguntando a los demás dioses y preguntándose a sí mismo cómo era posible que en la tierra los seres humanos pudiesen ser tan felices. Alguno de los dioses presentes le sugirió a Zeus que enviase a la tierra a una princesa, la cual se enamoraría de uno de los habitantes del planeta y convertiría a la humanidad en un auténtico caos.
Zeus, el rey de los dioses, se sintió satisfecho ante aquella sugerencia y reuniendo a las más bellas princesas del reino, escogió a una de ellas llamada Pandora, a quien le dio una misión específica: -Id a la tierra y cásate con un humano. Antes de partir ella al planeta tierra, el dios Zeus le hizo un presente. -Toma, le dijo a Pandora, esta caja la llevarás contigo como regalo, pero eso sí, nunca, te lo repito, nunca se te ocurra abrirla.
Pandora partió hacia la tierra y a las pocas horas conoció a Epimeteo, el cual, dentro de unos días, le pidió la mano para casarse con ella. Epimeteo veía cómo Pandora llevaba la caja de un sitio para otro sin desprenderse de ella, hasta que un día le pregunta: -¿Por qué cargas día y noche con esa caja de un sitio para otro? Pandora le contestó: -Zeus me la dio, me recomendó que la cuidase, pero eso sí, que nunca jamás se me ocurriera abrirla. Epimeteo le dijo: -Entonces, prométeme también que nunca abrirás la caja, podría traernos muchos problemas.
A partir de aquel día, Pandora tomó la caja y la colocó en uno de los armarios, al fondo de los cajones, para no sucumbir en la tentación de querer abrirla. Y así pasaron meses e, incluso, hasta un año, pero su curiosidad pudo más que el compromiso que le hizo a Zeus y a Epimeteo -su esposo-. Y en una soleada mañana del mes de mayo, alrededor del día 8, Pandora entró a su aposento, se dirigió decidida a su closet, lo abrió, trajo hacia sí la caja de Zeus, pero… ella era una mujer de palabra y honraba su compromiso a Dios, a los dioses y a su esposo Epimeteo; no obstante, su curiosidad era tan grande y había transcurrido ya tanto tiempo, que pensó que su palabra dada a Zeus y a Epimeteo podría muy bien ser superada y abriría la tapa de la caja que tenía, en esos momentos, en sus manos, por cuestión de décima de segundo.
Levantó la tapa y con un grito intentó cerrarla nuevamente, pero fue demasiado tarde. De la caja salió un enjambre de criaturas de aspecto horrible, eran la ira, la codicia, el odio, la crueldad, la vejez, la enfermedad, el miedo, la envidia… y otras muchas más. Se esparcieron por todos los rincones del mundo. Pandora estaba triste, había perdido la batalla, meditaba con profundo dolor y oyó un leve susurro que salía de la caja; la observó, abrió la tapa y de ella salió lo último que quedaba, era un hermoso pájaro de alas brillantes. -Yo soy la esperanza, le dijo, y quiero extenderme por todo el mundo; si bien es verdad que en el mundo hay tribulaciones, también estoy a la par para superar cualquier inconveniente.
Recuerdo la frase del domingo pasado, escrita en la pista atlética del circuito del Pentagonito: “Nothing is impossible”- “Nada es imposible”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
Zeus, el rey de los dioses, se sintió satisfecho ante aquella sugerencia y reuniendo a las más bellas princesas del reino, escogió a una de ellas llamada Pandora, a quien le dio una misión específica: -Id a la tierra y cásate con un humano. Antes de partir ella al planeta tierra, el dios Zeus le hizo un presente. -Toma, le dijo a Pandora, esta caja la llevarás contigo como regalo, pero eso sí, nunca, te lo repito, nunca se te ocurra abrirla.
Pandora partió hacia la tierra y a las pocas horas conoció a Epimeteo, el cual, dentro de unos días, le pidió la mano para casarse con ella. Epimeteo veía cómo Pandora llevaba la caja de un sitio para otro sin desprenderse de ella, hasta que un día le pregunta: -¿Por qué cargas día y noche con esa caja de un sitio para otro? Pandora le contestó: -Zeus me la dio, me recomendó que la cuidase, pero eso sí, que nunca jamás se me ocurriera abrirla. Epimeteo le dijo: -Entonces, prométeme también que nunca abrirás la caja, podría traernos muchos problemas.
A partir de aquel día, Pandora tomó la caja y la colocó en uno de los armarios, al fondo de los cajones, para no sucumbir en la tentación de querer abrirla. Y así pasaron meses e, incluso, hasta un año, pero su curiosidad pudo más que el compromiso que le hizo a Zeus y a Epimeteo -su esposo-. Y en una soleada mañana del mes de mayo, alrededor del día 8, Pandora entró a su aposento, se dirigió decidida a su closet, lo abrió, trajo hacia sí la caja de Zeus, pero… ella era una mujer de palabra y honraba su compromiso a Dios, a los dioses y a su esposo Epimeteo; no obstante, su curiosidad era tan grande y había transcurrido ya tanto tiempo, que pensó que su palabra dada a Zeus y a Epimeteo podría muy bien ser superada y abriría la tapa de la caja que tenía, en esos momentos, en sus manos, por cuestión de décima de segundo.
Levantó la tapa y con un grito intentó cerrarla nuevamente, pero fue demasiado tarde. De la caja salió un enjambre de criaturas de aspecto horrible, eran la ira, la codicia, el odio, la crueldad, la vejez, la enfermedad, el miedo, la envidia… y otras muchas más. Se esparcieron por todos los rincones del mundo. Pandora estaba triste, había perdido la batalla, meditaba con profundo dolor y oyó un leve susurro que salía de la caja; la observó, abrió la tapa y de ella salió lo último que quedaba, era un hermoso pájaro de alas brillantes. -Yo soy la esperanza, le dijo, y quiero extenderme por todo el mundo; si bien es verdad que en el mundo hay tribulaciones, también estoy a la par para superar cualquier inconveniente.
Recuerdo la frase del domingo pasado, escrita en la pista atlética del circuito del Pentagonito: “Nothing is impossible”- “Nada es imposible”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
Por los caminos del Señor
Hola,... La historia sucedió el año pasado en el Estado de Colorado - EE.UU. Betty y Marco se propusieron realizar un matrimonio que marcara la diferencia. Por lo pronto estaban seguros de que las fotos de su boda no solamente iban a estar en su álbum personal, ni perdidas en alguna página social del periódico, sino que estarían en primera plana e, incluso, los canales de televisión, ávidos de la novedad, estarían presentes en tan singular evento. El ambiente estaba preparado para ello, la ceremonia de su matrimonio se realizó -incluido el Clérigo de rigor- y, al día siguiente, prensa, radio y televisión hablaron del matrimonio de Betty y Marco.
Tú estarás pensando: -¿Si ambos personajes no son conocidos mundialmente, cuál pudo haber sido el interés de la prensa? Pues el interés fue que la noticia era impactante: Ambos novios, junto con el Clérigo, se subieron a un globo aerostático y, mientras flotaban en el aire, se hicieron los votos nupciales. Cuando llegó el momento de prometerse amor hasta que la muerte los separe, saltaron de la barquilla del aerostático. Todo estaba bien ensayado. Los novios estaban atados a una cuerda elástica de 25 mts. de largo y el beso de esposos se lo dieron en el aire, balanceándose al extremo de la cuerda.
No hay duda que los jóvenes de hoy buscan nuevas experiencias, nuevas sensaciones, nuevas fórmulas para vivir y …, eso en sí no está mal.
Como apreciación personal, sin datos estadísticos, desde la década de los 60, los jóvenes quieren hacer las cosas a su gusto sin importarles reglas y normas, tradiciones y costumbres. Cada cual se rige por su preferencia y que los viejos se callen porque son de otra época. Reitero lo anteriormente dicho: Esta no es una apreciación general y, por supuesto estadísticamente hablando, yo no tengo los datos para confirmarte lo que acabas de leer, pero ciertamente, por ser hijo de esta época, tengo la perfección de la vida que, indudablemente, tú también tienes sin necesidad de que coincidamos en la formulación final.
Pero este joven matrimonio, balanceándose en el vacío, es todo un símbolo de muchos de los matrimonios en la actualidad; penden de un hilo muy delgado, que en muchos casos se va cortando inexorablemente hebra tras hebra. Y cuando, por fin, se divorcian la causa más común es la incompatibilidad.
La palara “in”, prefijo latino, significa supresión o negación y acarrea términos como: Incomprensión: Ninguno de los dos quiere entenderse; Intolerancia: Marido y mujer no se aguantan el uno al otro; Inflexibilidad: Obstinación terca de los dos; Infidelidad: Donde ya no importa el honor y la fidelidad mutua; Insensibilidad: Poco importa los sentimientos del otro; Incomunicación: Labios y corazones silenciosos.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
Tú estarás pensando: -¿Si ambos personajes no son conocidos mundialmente, cuál pudo haber sido el interés de la prensa? Pues el interés fue que la noticia era impactante: Ambos novios, junto con el Clérigo, se subieron a un globo aerostático y, mientras flotaban en el aire, se hicieron los votos nupciales. Cuando llegó el momento de prometerse amor hasta que la muerte los separe, saltaron de la barquilla del aerostático. Todo estaba bien ensayado. Los novios estaban atados a una cuerda elástica de 25 mts. de largo y el beso de esposos se lo dieron en el aire, balanceándose al extremo de la cuerda.
No hay duda que los jóvenes de hoy buscan nuevas experiencias, nuevas sensaciones, nuevas fórmulas para vivir y …, eso en sí no está mal.
Como apreciación personal, sin datos estadísticos, desde la década de los 60, los jóvenes quieren hacer las cosas a su gusto sin importarles reglas y normas, tradiciones y costumbres. Cada cual se rige por su preferencia y que los viejos se callen porque son de otra época. Reitero lo anteriormente dicho: Esta no es una apreciación general y, por supuesto estadísticamente hablando, yo no tengo los datos para confirmarte lo que acabas de leer, pero ciertamente, por ser hijo de esta época, tengo la perfección de la vida que, indudablemente, tú también tienes sin necesidad de que coincidamos en la formulación final.
Pero este joven matrimonio, balanceándose en el vacío, es todo un símbolo de muchos de los matrimonios en la actualidad; penden de un hilo muy delgado, que en muchos casos se va cortando inexorablemente hebra tras hebra. Y cuando, por fin, se divorcian la causa más común es la incompatibilidad.
La palara “in”, prefijo latino, significa supresión o negación y acarrea términos como: Incomprensión: Ninguno de los dos quiere entenderse; Intolerancia: Marido y mujer no se aguantan el uno al otro; Inflexibilidad: Obstinación terca de los dos; Infidelidad: Donde ya no importa el honor y la fidelidad mutua; Insensibilidad: Poco importa los sentimientos del otro; Incomunicación: Labios y corazones silenciosos.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
Dale a tu vida fuerza de voluntad.
Hola,... Hoy me provocó contarte una historia -que me la contó un amigo- de esas que, al escucharlas, te dejan un buen sabor de reflexión.
Un día salí de mi casa a correr y me dio el alcance un viejo amigo que hacía tiempo no nos veíamos y, como tales -amigos y viejos-, tuvimos necesidad de sentarnos en el grass de un parquecito. ¡Qué rico! Y, como el cuerpo ya no nos daba para continuar el trote, nos pusimos a charlar de la vida y otras cosas.
Me contó esta historia:
“Un día, hace ya muchos años, llegó a la ciudad un cantor famoso, estaba catalogado como la mejor voz del mundo. Los entendidos hablaban de la voz más perfecta creada sobre la faz de la tierra y colocada en un ser humano.
Eran aquellos buenos tiempos de las grandes temporadas de la ópera. Todo el pueblo corrió, llenando la sala en la cual se presentaba dicho cantante.
Una voz capaz de hacer temblar la catedral, la municipalidad y todo el centro de la ciudad.
La gente, como era de esperar, quedó electrizada, con la boca abierta; aquello era diferente, aquello era lo nunca visto, lo nunca antes oído. Cierran el telón y la gente continúa aplaudiendo.
Cuando el famoso cantor salió del escenario y se dirigía hacia el camerino, le abordó una persona que, después de saludarle efusivamente y sinceramente, le preguntó:
-¿Quién le dio esa voz tan extraordinaria, tan fuera de serie?
-El mar de donde vengo, fue la respuesta.
El hombre quedó sin entender mucho, a lo que el cantante le dijo:
-Durante años entrené mis cuerdas vocales haciendo ejercicios junto al mar. Muchas veces caminaba en silencio recorriendo kilómetros y kilómetros de arena, en momentos en los que el mar estaba bajo, al atardecer. El silencio del océano ayuda. Contemplando el ir y venir de las olas incansables aprendí a ser PERSEVERANTE. Consolidé la resistencia de mis pulmones buscando sobreponer mi voz al ruido del oleaje. De este diálogo con el mar, de este convite diario con la naturaleza, nacieron la resistencia de mi voz, mi amor por la música, mi vocación de cantor. Ese es mi pequeño gran secreto.
Hasta aquí me contó mi amigo la historia.
-Pablo, ¿qué te parece? -me preguntó-.
Yo le contesté:
-Creo que tu historia tiene que ver con lo que nos está pasando a muchos de nosotros; necesitamos tener presente la palabra PERSEVERANCIA, y esto para demostrarnos y demostrarles a los demás que estamos por encima de las dificultades que nos rodean, comenzando por los problemas que viven y anidan dentro de cada uno.
Mi amigo me dijo:
-Permíteme sugerirte algo: Dale a tu vida fuerza de voluntad, lucidez de objetivos, optimismo y, sobre todo, el contacto íntimo con Dios, océano de bondad, de silencio, de misericordia y de amor sin límites”.
Dale a tu vida momentos de oración, el alimento de cada día, y sentirás la paz y la fuerza de Dios contra las asechanzas de los peligros de la vida.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
Un día salí de mi casa a correr y me dio el alcance un viejo amigo que hacía tiempo no nos veíamos y, como tales -amigos y viejos-, tuvimos necesidad de sentarnos en el grass de un parquecito. ¡Qué rico! Y, como el cuerpo ya no nos daba para continuar el trote, nos pusimos a charlar de la vida y otras cosas.
Me contó esta historia:
“Un día, hace ya muchos años, llegó a la ciudad un cantor famoso, estaba catalogado como la mejor voz del mundo. Los entendidos hablaban de la voz más perfecta creada sobre la faz de la tierra y colocada en un ser humano.
Eran aquellos buenos tiempos de las grandes temporadas de la ópera. Todo el pueblo corrió, llenando la sala en la cual se presentaba dicho cantante.
Una voz capaz de hacer temblar la catedral, la municipalidad y todo el centro de la ciudad.
La gente, como era de esperar, quedó electrizada, con la boca abierta; aquello era diferente, aquello era lo nunca visto, lo nunca antes oído. Cierran el telón y la gente continúa aplaudiendo.
Cuando el famoso cantor salió del escenario y se dirigía hacia el camerino, le abordó una persona que, después de saludarle efusivamente y sinceramente, le preguntó:
-¿Quién le dio esa voz tan extraordinaria, tan fuera de serie?
-El mar de donde vengo, fue la respuesta.
El hombre quedó sin entender mucho, a lo que el cantante le dijo:
-Durante años entrené mis cuerdas vocales haciendo ejercicios junto al mar. Muchas veces caminaba en silencio recorriendo kilómetros y kilómetros de arena, en momentos en los que el mar estaba bajo, al atardecer. El silencio del océano ayuda. Contemplando el ir y venir de las olas incansables aprendí a ser PERSEVERANTE. Consolidé la resistencia de mis pulmones buscando sobreponer mi voz al ruido del oleaje. De este diálogo con el mar, de este convite diario con la naturaleza, nacieron la resistencia de mi voz, mi amor por la música, mi vocación de cantor. Ese es mi pequeño gran secreto.
Hasta aquí me contó mi amigo la historia.
-Pablo, ¿qué te parece? -me preguntó-.
Yo le contesté:
-Creo que tu historia tiene que ver con lo que nos está pasando a muchos de nosotros; necesitamos tener presente la palabra PERSEVERANCIA, y esto para demostrarnos y demostrarles a los demás que estamos por encima de las dificultades que nos rodean, comenzando por los problemas que viven y anidan dentro de cada uno.
Mi amigo me dijo:
-Permíteme sugerirte algo: Dale a tu vida fuerza de voluntad, lucidez de objetivos, optimismo y, sobre todo, el contacto íntimo con Dios, océano de bondad, de silencio, de misericordia y de amor sin límites”.
Dale a tu vida momentos de oración, el alimento de cada día, y sentirás la paz y la fuerza de Dios contra las asechanzas de los peligros de la vida.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!
Navidad
Hola... No cabe duda que celebrar durante la próxima semana la Clausura del presente año, nos lleva a poner a los pies del Recién Nacido todos nuestros logros y, al mismo tiempo, le pedimos que el próximo año, tan cercano, sea igualmente un año de gracia y bendición. Podemos hacer un compromiso a realizar el próximo año. Yo lo resumiría con esta frase: “El plantar es opcional, pero la cosecha obligatoria; por eso, ten cuidado con lo que plantas”.
Llegaste puntual a la cita y continúo recordándote y comentándote la historia de la semana pasada: “Una pareja de jóvenes celebraron su matrimonio, fueron a vivir a la casa del chico; la esposa se llamaba Leese. Transcurrieron algunos meses y a ella se le hacía insoportable convivir con su suegra. Nada le gustaba y, a la vez, la suegra buscaba cualquier motivo para ridiculizarla.
Leese estaba perdida sin saber qué hacer, hasta que se le ocurre ir a la casa de un sabio -que era amigo de su papá desde hacía muchos años- quien le daba total confianza para que le cuente su problema, esperando, ella, que le diera respuesta a su vida problemática y desesperada.
El hombre la escuchó atentamente y le dijo: -Toma este frasco de hierbas el cual es muy efectivo; después de algunos meses tu suegra morirá envenenada sin que nadie se dé cuenta, pero, eso sí, para reforzar la estrategia tienes que darle, durante las 24 horas del día, lo mejor de ti: Escucharás sus recomendaciones, serás gentil con ella y, sobre todo, le harás reír, reír, reír,… Leese, cuando escuchó al hombre sabio, inmediatamente fue a su casa y pensó constantemente en hacer bien su trabajo, porque con ello se jugaba su felicidad en el futuro. Como dicen en mi pueblo: “Muerto el perro se acabó la rabia”.
Al mismo tiempo que le daba las hierbas misteriosas, la actitud de Leese para con su suegra había cambiado radicalmente; seis meses y la casa estaba completamente diferente. Leese había descubierto en su suegra el lado más luminoso; encontró en ella una relación de madre e hija, pero el veneno iba a surtir efecto y su pérdida sería muy dolorosa. Nuevamente acudió al sabio, amigo de su papá, a pedirle que por favor le diera un antídoto, porque de ninguna manera quería que muriera su suegra. El sabio le sonrió y le dijo: -No te preocupes Leese, las hierbas no son veneno, sino vitaminas. El veneno estaba en tu mente y en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella”.
Muchos proyectos para el próximo año e, incluso, en nuestro Perú estamos “ad portas” de una elección general para Presidente y ese camino nos honramos en transitarlo todos. Sería importante transitar el camino del cambio personal hacia una actitud positiva con la vida y con las personas.
Te deseo un ¡Feliz Año 2011 lleno de gracia y bendición!
¡Hasta el próximo año! ¡Que Dios nos bendiga!
Llegaste puntual a la cita y continúo recordándote y comentándote la historia de la semana pasada: “Una pareja de jóvenes celebraron su matrimonio, fueron a vivir a la casa del chico; la esposa se llamaba Leese. Transcurrieron algunos meses y a ella se le hacía insoportable convivir con su suegra. Nada le gustaba y, a la vez, la suegra buscaba cualquier motivo para ridiculizarla.
Leese estaba perdida sin saber qué hacer, hasta que se le ocurre ir a la casa de un sabio -que era amigo de su papá desde hacía muchos años- quien le daba total confianza para que le cuente su problema, esperando, ella, que le diera respuesta a su vida problemática y desesperada.
El hombre la escuchó atentamente y le dijo: -Toma este frasco de hierbas el cual es muy efectivo; después de algunos meses tu suegra morirá envenenada sin que nadie se dé cuenta, pero, eso sí, para reforzar la estrategia tienes que darle, durante las 24 horas del día, lo mejor de ti: Escucharás sus recomendaciones, serás gentil con ella y, sobre todo, le harás reír, reír, reír,… Leese, cuando escuchó al hombre sabio, inmediatamente fue a su casa y pensó constantemente en hacer bien su trabajo, porque con ello se jugaba su felicidad en el futuro. Como dicen en mi pueblo: “Muerto el perro se acabó la rabia”.
Al mismo tiempo que le daba las hierbas misteriosas, la actitud de Leese para con su suegra había cambiado radicalmente; seis meses y la casa estaba completamente diferente. Leese había descubierto en su suegra el lado más luminoso; encontró en ella una relación de madre e hija, pero el veneno iba a surtir efecto y su pérdida sería muy dolorosa. Nuevamente acudió al sabio, amigo de su papá, a pedirle que por favor le diera un antídoto, porque de ninguna manera quería que muriera su suegra. El sabio le sonrió y le dijo: -No te preocupes Leese, las hierbas no son veneno, sino vitaminas. El veneno estaba en tu mente y en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella”.
Muchos proyectos para el próximo año e, incluso, en nuestro Perú estamos “ad portas” de una elección general para Presidente y ese camino nos honramos en transitarlo todos. Sería importante transitar el camino del cambio personal hacia una actitud positiva con la vida y con las personas.
Te deseo un ¡Feliz Año 2011 lleno de gracia y bendición!
¡Hasta el próximo año! ¡Que Dios nos bendiga!
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