Hola... Acabo de recibir un bello correo en el cual se relata la historia de una persona que, en el bosque de su ciudad, se encontró con un cachorro de león que estaba enfermo y malherido, lo recogió y lo llevó a su casa donde por un tiempo prudencial lo cuidó. Avisando a los empleados del zoológico de la ciudad, éstos se apersonaron para recoger al pequeño león ya curado de sus dolencias y heridas. Pasados algunos meses el león había crecido y la mujer que lo había cuidado de pequeño se acercó al zoológico y en el momento de acercarse a la jaula donde estaba el león, éste, con un instinto increíble, se abalanza sobre la mujer y comienza a lamerla con una cara de satisfacción que sólo cuando se ve en las imágenes, uno puede decir y exclamar: ¡Dios mío, qué sabia es la naturaleza!
Ciertamente que una imagen vale más que mil palabras y el relato que acabas de leer es, por decirlo así, en blanco y negro y, si me permites la analogía, te diría que es contado en diferido. Lo realmente impactante es verlo en directo y a color. Aún así me atrevo a sugerirte cuál camino deberíamos escoger los seres humanos a la hora de buscar la mejor convivencia entre nosotros y creo que este camino no es otro que el AMOR y la TERNURA. Uno de los animales más fieros es el león; sin embargo, cuando éste ve a la persona que lo cuidó cuando estaba enfermo, pareciera que toda su fiereza se convierte en ternura y afecto.
Esa semana una joven de quince años me conversaba sobre la relación que tiene con su padre. Me decía que, a su edad, lo más maravilloso que le había y le sigue pasando es recibir el afecto y la ternura, de manera muy especial, que su papá le brinda. Cuando llega a mi casa y ya estoy acostada se acerca a mi dormitorio, me da un beso en la frente y si las sábanas y la colcha están desordenadas, con cuánta delicadeza y ternura las arregla y yo, que me doy cuenta, no me cansaré de agradecer a Dios el cariño y la dulzura de mi padre. Nunca se va a su trabajo sin despedirse de mí y cuando me lleva al colegio siempre baja primero, me abre la puerta, me bendice con una cruz en mi frente y me da un beso en la mejilla.
Al contarte esto simplemente te digo que, tanto en la naturaleza como en la vida real de los seres humanos, existen afectos que nos enternecen el corazón. En este instante estoy viendo una foto en donde aparece Álvaro Del Bosque, hijo de Vicente Del Bosque, Entrenador de la Selección Campeona del Mundo, España; con una enorme admiración ¡CUÁNTA TERNURA PUEDE HABER EN EL CORAZÓN DEL PADRE Y DEL HIJO!
Para otro día te cuento una bonita historia que vivieron mis padres en el partido final del mundial. No te la puedes perder.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!
Hola Padre Pablo: Gracias por esta historia, cuentenos siempre historias positivas de padres. Es muy lindo y a una le hacen reflexionar acerca de nuestra relacion con nuestros hijos. Gracias otra vez. Sandra.
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