Hola... En la semana de la Navidad no cabe sino expresarte mis deseos de felicidad y, a manera de una tarjeta navideña, hacerte llegar un abrazo y una bendición que en la noche de este viernes próximo se ha de convertir en la sonrisa inigualable del Niño que está naciendo.
No necesito salir al parque como lo hacía anteriormente; desde mi oficina tengo la visión del más bello parque que jamás haya soñado. Hay un sol radiante que ilumina mi oficina y, desde ella, hace que yo vea el más colorido de los espacios que puedan existir en la ciudad de Lima. ¿Cómo fue?, no me lo preguntes; el caso es que, paseando por este bello jardín, me encontré con aquel amigo que tiempo atrás nos acompañó en varias de nuestras conversaciones: El “loco de la colina” y me contó esta historia:
“Hace muchísimos años, en la China, había una mujer joven que se llamaba Leese, quien al casarse se fue a vivir con su marido y su suegra.
Pasadas algunas semanas Leese entró en una relación tormentosa con su suegra; la verdad es que no se entendían para nada. Sus personalidades eran tan diferentes que Leese fue irritándose con los hábitos de la suegra a quien, frecuentemente, criticaba. Los meses pasaron y cada vez discutían y peleaban más.
De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Leese no soportaba vivir más con ella y, antes de tomar la decisión, visitó a un viejo amigo de su padre, quien escuchó a Leese atentamente; posteriormente, el sabio, amigo de su papá, tomando un paquete de hierbas, le dijo: -No deberás usarla de una sola vez para librarte de tu suegra, porque ello causaría sospechas. Debes darle varias hierbas que irán lentamente envenenándola. Cada dos días pondrás un poco de ellas en su comida. Ahora, para tener certeza de que, cuando ella muera, nadie sospeche de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdale a resolver sus problemas. Bueno,… tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones al pie de la letra.
Leese le respondió: -Señor, haré todo lo que usted me está pidiendo. Ella quedó muy contenta y agradecida, regresando rápido a su casa con el proyecto de asesinar a su suegra. Pasaron las semanas y cada dos días Leese servía una comida especialmente preparada para su suegra y siempre recordaba lo que el sabio, amigo de su papá, le había recomendado para evitar sospechas. Es así como Leese comenzó a controlar su temperamento, a dialogar con su suegra, a tratarla como si fuera su propia mamá y, después de seis meses de esta nueva fórmula, regresó a la casa del sabio”.
Mi amigo, el “loco de la colina”, me contó la historia completa, pero no sé por qué razón, aunque en el fondo lo pienso, creo que es para encontrarte la próxima semana. Dejaré la historia a la mitad y el próximo domingo estarás puntual a la cita.
De corazón: FELIZ NAVIDAD.
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