Dale a tu vida fuerza de voluntad.


Hola,... Hoy me provocó contarte una historia -que me la contó un amigo- de esas que, al escucharlas, te dejan un buen sabor de reflexión.
Un día salí de mi casa a correr y me dio el alcance un viejo amigo que hacía tiempo no nos veíamos y, como tales -amigos y viejos-, tuvimos necesidad de sentarnos en el grass de un parquecito. ¡Qué rico! Y, como el cuerpo ya no nos daba para continuar el trote, nos pusimos a charlar de la vida y otras cosas.
Me contó esta historia:
“Un día, hace ya muchos años, llegó a la ciudad un cantor famoso, estaba catalogado como la mejor voz del mundo. Los entendidos hablaban de la voz más perfecta creada sobre la faz de la tierra y colocada en un ser humano.
Eran aquellos buenos tiempos de las grandes temporadas de la ópera. Todo el pueblo corrió, llenando la sala en la cual se presentaba dicho cantante.
Una voz capaz de hacer temblar la catedral, la municipalidad y todo el centro de la ciudad.
La gente, como era de esperar, quedó electrizada, con la boca abierta; aquello era diferente, aquello era lo nunca visto, lo nunca antes oído. Cierran el telón y la gente continúa aplaudiendo.
Cuando el famoso cantor salió del escenario y se dirigía hacia el camerino, le abordó una persona que, después de saludarle efusivamente y sinceramente, le preguntó:
-¿Quién le dio esa voz tan extraordinaria, tan fuera de serie?
-El mar de donde vengo, fue la respuesta.
El hombre quedó sin entender mucho, a lo que el cantante le dijo:
-Durante años entrené mis cuerdas vocales haciendo ejercicios junto al mar. Muchas veces caminaba en silencio recorriendo kilómetros y kilómetros de arena, en momentos en los que el mar estaba bajo, al atardecer. El silencio del océano ayuda. Contemplando el ir y venir de las olas incansables aprendí a ser PERSEVERANTE. Consolidé la resistencia de mis pulmones buscando sobreponer mi voz al ruido del oleaje. De este diálogo con el mar, de este convite diario con la naturaleza, nacieron la resistencia de mi voz, mi amor por la música, mi vocación de cantor. Ese es mi pequeño gran secreto.
Hasta aquí me contó mi amigo la historia.
-Pablo, ¿qué te parece? -me preguntó-.
Yo le contesté:
-Creo que tu historia tiene que ver con lo que nos está pasando a muchos de nosotros; necesitamos tener presente la palabra PERSEVERANCIA, y esto para demostrarnos y demostrarles a los demás que estamos por encima de las dificultades que nos rodean, comenzando por los problemas que viven y anidan dentro de cada uno.
Mi amigo me dijo:
-Permíteme sugerirte algo: Dale a tu vida fuerza de voluntad, lucidez de objetivos, optimismo y, sobre todo, el contacto íntimo con Dios, océano de bondad, de silencio, de misericordia y de amor sin límites”.
Dale a tu vida momentos de oración, el alimento de cada día, y sentirás la paz y la fuerza de Dios contra las asechanzas de los peligros de la vida.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana ¡Que Dios nos bendiga!

Navidad

Hola... No cabe duda que celebrar durante la próxima semana la Clausura del presente año, nos lleva a poner a los pies del Recién Nacido todos nuestros logros y, al mismo tiempo, le pedimos que el próximo año, tan cercano, sea igualmente un año de gracia y bendición. Podemos hacer un compromiso a realizar el próximo año. Yo lo resumiría con esta frase: “El plantar es opcional, pero la cosecha obligatoria; por eso, ten cuidado con lo que plantas”.
Llegaste puntual a la cita y continúo recordándote y comentándote la historia de la semana pasada: “Una pareja de jóvenes celebraron su matrimonio, fueron a vivir a la casa del chico; la esposa se llamaba Leese. Transcurrieron algunos meses y a ella se le hacía insoportable convivir con su suegra. Nada le gustaba y, a la vez, la suegra buscaba cualquier motivo para ridiculizarla.
Leese estaba perdida sin saber qué hacer, hasta que se le ocurre ir a la casa de un sabio -que era amigo de su papá desde hacía muchos años- quien le daba total confianza para que le cuente su problema, esperando, ella, que le diera respuesta a su vida problemática y desesperada.
El hombre la escuchó atentamente y le dijo: -Toma este frasco de hierbas el cual es muy efectivo; después de algunos meses tu suegra morirá envenenada sin que nadie se dé cuenta, pero, eso sí, para reforzar la estrategia tienes que darle, durante las 24 horas del día, lo mejor de ti: Escucharás sus recomendaciones, serás gentil con ella y, sobre todo, le harás reír, reír, reír,… Leese, cuando escuchó al hombre sabio, inmediatamente fue a su casa y pensó constantemente en hacer bien su trabajo, porque con ello se jugaba su felicidad en el futuro. Como dicen en mi pueblo: “Muerto el perro se acabó la rabia”.
Al mismo tiempo que le daba las hierbas misteriosas, la actitud de Leese para con su suegra había cambiado radicalmente; seis meses y la casa estaba completamente diferente. Leese había descubierto en su suegra el lado más luminoso; encontró en ella una relación de madre e hija, pero el veneno iba a surtir efecto y su pérdida sería muy dolorosa. Nuevamente acudió al sabio, amigo de su papá, a pedirle que por favor le diera un antídoto, porque de ninguna manera quería que muriera su suegra. El sabio le sonrió y le dijo: -No te preocupes Leese, las hierbas no son veneno, sino vitaminas. El veneno estaba en tu mente y en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella”.
Muchos proyectos para el próximo año e, incluso, en nuestro Perú estamos “ad portas” de una elección general para Presidente y ese camino nos honramos en transitarlo todos. Sería importante transitar el camino del cambio personal hacia una actitud positiva con la vida y con las personas.
Te deseo un ¡Feliz Año 2011 lleno de gracia y bendición!
¡Hasta el próximo año! ¡Que Dios nos bendiga!

Feliz Navidad


Hola... En la semana de la Navidad no cabe sino expresarte mis deseos de felicidad y, a manera de una tarjeta navideña, hacerte llegar un abrazo y una bendición que en la noche de este viernes próximo se ha de convertir en la sonrisa inigualable del Niño que está naciendo.
No necesito salir al parque como lo hacía anteriormente; desde mi oficina tengo la visión del más bello parque que jamás haya soñado. Hay un sol radiante que ilumina mi oficina y, desde ella, hace que yo vea el más colorido de los espacios que puedan existir en la ciudad de Lima. ¿Cómo fue?, no me lo preguntes; el caso es que, paseando por este bello jardín, me encontré con aquel amigo que tiempo atrás nos acompañó en varias de nuestras conversaciones: El “loco de la colina” y me contó esta historia:
“Hace muchísimos años, en la China, había una mujer joven que se llamaba Leese, quien al casarse se fue a vivir con su marido y su suegra.
Pasadas algunas semanas Leese entró en una relación tormentosa con su suegra; la verdad es que no se entendían para nada. Sus personalidades eran tan diferentes que Leese fue irritándose con los hábitos de la suegra a quien, frecuentemente, criticaba. Los meses pasaron y cada vez discutían y peleaban más.
De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Leese no soportaba vivir más con ella y, antes de tomar la decisión, visitó a un viejo amigo de su padre, quien escuchó a Leese atentamente; posteriormente, el sabio, amigo de su papá, tomando un paquete de hierbas, le dijo: -No deberás usarla de una sola vez para librarte de tu suegra, porque ello causaría sospechas. Debes darle varias hierbas que irán lentamente envenenándola. Cada dos días pondrás un poco de ellas en su comida. Ahora, para tener certeza de que, cuando ella muera, nadie sospeche de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdale a resolver sus problemas. Bueno,… tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones al pie de la letra.
Leese le respondió: -Señor, haré todo lo que usted me está pidiendo. Ella quedó muy contenta y agradecida, regresando rápido a su casa con el proyecto de asesinar a su suegra. Pasaron las semanas y cada dos días Leese servía una comida especialmente preparada para su suegra y siempre recordaba lo que el sabio, amigo de su papá, le había recomendado para evitar sospechas. Es así como Leese comenzó a controlar su temperamento, a dialogar con su suegra, a tratarla como si fuera su propia mamá y, después de seis meses de esta nueva fórmula, regresó a la casa del sabio”.
Mi amigo, el “loco de la colina”, me contó la historia completa, pero no sé por qué razón, aunque en el fondo lo pienso, creo que es para encontrarte la próxima semana. Dejaré la historia a la mitad y el próximo domingo estarás puntual a la cita.
De corazón: FELIZ NAVIDAD.

“Sólo desde el sacrificio se conquista la gloria”.


Hola... Esta semana compartía mesa con un hermano agustino, quien hace más de cincuenta años trabaja en las diversas actividades que tiene la Orden de San Agustín en el Perú. Se llama P. Maximino Fernández, que, dicho sea de paso, es mi paisano; ambos nacimos a orillas del río Órbigo, muy famoso en España porque en él se dan las truchas más ricas del mundo.
Conversaba con el P. Maximino sobre la historia de la Parroquia Nuestra Señora del Consuelo; él -que ha sido fundador- tenía sabrosas anécdotas que yo escuchaba con el mismo entusiasmo que degustaba la paella que nos acababan de servir. Pero vayamos al tema; en la parte anterior de la vivienda de los Sacerdotes de la Parroquia hay un frondoso jardín que, en este momento, estoy observando y en el centro un enorme y tupido árbol; me contó que hace casi cuarenta años él mismo lo plantó en ese lugar. Este árbol tiene grandes ramas y ellas cubiertas de hojas que dan una visión espectacular a los ojos. Al ver este árbol pienso en aquel hombre que, desde la ventana de la casa de mi pueblo, yo veía cómo había plantado varios árboles en su jardín, a los cuales mimaba y cuidaba, pero extrañamente apenas si les echaba un poquito de agua.
Un día le comenté a mi vecino por qué siendo él un profesional y conocedor de los árboles, que los cuidaba y los mimaba con empeño, apenas los regaba. Mi vecino me contestó que, después de algunos años, me daría la respuesta. Y así fue, después de treinta años, en aquella zona donde mi vecino había plantado los árboles, los vientos huracanados y las lluvias torrenciales habían destruido muchos de aquellos árboles del entorno; sin embargo, los de mi vecino se mantenían fuertes y erguidos. Allí entendí su filosofía: “Les echo poca agua para que ellos, con sus raíces, puedan buscarla en el subsuelo y, mientras más profundas sean sus raíces, más fuertes y erguidos serán los árboles”.
La visión del enorme árbol que hace cuarenta años plantó, aquí en mi Parroquia, el P. Maximino y el recuerdo de los árboles plantados por mi vecino, me hacen pensar en voz alta que ¡cuántos papás les dan a sus hijos todo lo que les piden sin darles un espacio para que ellos mismos encuentren la respuesta a sus problemas! Por eso, me permito decirte, amigo lector: Aprende de la naturaleza y no por dar a los hijos todas las comodidades, los estamos haciendo fuertes para el futuro. Deja que ellos se fortalezcan desde sus propios descubrimientos.
Te dejo con una frase que leí en una camiseta en la ciudad de Santiago de Compostela: “Sólo desde el sacrificio se conquista la gloria”.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

"Disfruta lo que haces con creatividad".



Hola... hace escasamente cinco minutos acabo de regresar del centro de la ciudad, e instalado en mi casa observando el jardín de mi oficina pienso en cuan bella es el alma de cada una de las personas que en este mundo aportan desde su creatividad, algo de lo cual la humanidad se pueda sentir orgullosa.
Te cuento: Visitaba en el Convento de San Agustín al hermano Carlos y de regreso a mi casa, aquí en la Parroquia de Nuestra Señora del Consuelo, tomé en el centro de la ciudad un taxi. Este carro estimo que es del año 90; es un carro amplio, confortable, limpio, muy limpio, extremadamente limpio y reluciente. Por supuesto que me llamó la atención porque en algunos casos las movilidades de transporte público no guardan ni de lejos estas características, vale decir limpio, ordenado, completo... Le pedí al taxista si por favor podría sentarme en la parte de adelante y me indicó que estaba en mi casa y que gustoso aceptaría el lugar donde yo me sentase. Me senté en el asiento delantero junto al chofer y él gentil, estaba impecablemente vestido de saco y corbata, limpio, ordenado y se me permiten, como su carro reluciente. ¿Para qué? Yo te digo que estaba entre confundido y al tiempo enormemente satisfecho porque había encontrado un espacio y a una persona que transmitían luminosidad y positivismo.
Resumiré algunos conceptos de lo sucedido en un trayecto de más de una hora, pero cabe resaltar, a vuelo de pájaro, que me indicó si deseaba conversar o leer algún periódico al tiempo que me ofrecía periódicos de noticias, de farándula y de deportes. También me indicó que tenía algún libro, al tiempo que me ofreció si deseaba tomar un refresco o algo similar.
Para esto comprenderás que yo me encontraba ya en un círculo atmosférico superior a los cien mil metros; no sabía si estaba en el planeta tierra o en el centro de Lima, o había tomado una nave espacial.
Señor me dijo: desea usted escuchar música; aquí tengo gran variedad, romántica, del recuerdo, tecnocumbia, o si prefiere noticias. En la radio puedo indicarle qué emisora escuchar, o si gusta usted mismo puede ponerla.
Ahora mismo al escribirte estas líneas estoy en mi casa y no quería que pasase ni un sólo segundo para transmitir la lección que me dio este amigo taxista. Me dijo: hasta hace dos años este era un carro de taxi normal hasta que YO me propuse convertirlo en un servicio “LIMUSINA”. Este cambio radical dependía de mi actitud o quejarme de mi carcocha y de todo lo que la rodease o con una actitud positiva de mi mente, hacer que personas como usted al bajarse del carro hayan recibido el servicio de una limusina. Yo no le voy a cobrar más; simplemente quiero que salga satisfecho de mi trabajo.
Hay más cosas que te voy a contar en los próximos domingos. Sólo me resta indicarte que cuánto haríamos por el Perú si convirtiéramos nuestro centro de trabajo en una expresión de creatividad.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

El corazón de un artista



Hola... Una de las ventajas que tiene la mudanza es el reencuentro que sucede con aquellos “viejos amigos” que, por las vicisitudes de la vida, quedaron arrinconados en algún mueble de tu sala. El caso es que, sentado en la silla de mi oficina, observaba el bello jardín que puedo disfrutar desde este lugar y sobre mi escritorio se encontraba el libro de un viejo amigo que falleciera hace años, tras un accidente de carretera, cuando se dirigía con alimentos y ropa para ayudar a los damnificados del Sur.
El libro del Hno. Julio Corazao me hizo compartir esta historia que él hace años escribiera:
“Nos cuenta que fue a una reunión social en la cual un grupo de señoras conversaban acerca de las bondades y bellezas del jardín de la casa. La dueña indicaba que, realmente, su jardinero era un artista. Yo, dice Julio, movido por la curiosidad fui a ver el jardín y pude constatar que es uno de los jardines más bellos que he visto en mi vida. Regresando al grupo de señoras, les escuché comentar de los jardineros que cada una de ellas tenía en su casa. A los pocos días decidí regresar al jardín de la dueña para, personalmente, conocer al jardinero. Era un jueves y allí estaba cuidando con delicadeza y maestría su jardín.
Me comentó que, desde niño, había aprendido el oficio de jardinero, de su padre y de su abuelo, y que realmente su vida era la jardinería.
Después de un largo rato de conversación, a la vez que él continuaba en su trabajo, me dijo que, por hoy, había terminado y que regresaba a su casa. Me ofrecí -dice el Hno. Julio- llevarlo a su casa; me dijo que vivía en un pueblo joven y hasta ese lugar llegamos. ¡No podía creerlo! El jardinero viviendo en un arenal, el enamorado de las plantas rodeado de arena y tierra, el artista del jardín viviendo en una casa de esteras y cartones.
El jardinero manifestó: La señora siempre me habla de plantas y de flores, sobre el jardín y los árboles, pero nunca me ha preguntado sobre mí y mi familia. A sus amigas siempre les muestra el jardín, pero nunca le ha mostrado a alguno de mis hijos, porque ni siquiera sabe que existen. Todas me dicen que soy un artista; sin embargo, vi a la señora pagar por un cuadro y, al mismo tiempo, pude comprobar que esa cantidad significaría mi sueldo de cuarenta años. Por ello, es difícil entender que yo sea un artista”.
Yo pensaba, viendo el entorno: ¡Cuán hermoso era el jardín...! y ¡cuán pobre era el jardinero...!
Dejé el libro del Hno. Julio sobre el escritorio, observé detenidamente el hermoso jardín que tengo ante mis ojos y, una vez más, comprobé que si el jardín es bello, más bella es el alma del jardinero que sabe transmitir en su obra la belleza que lleva en su interior.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

El camino a la Santidad





Hola... Apenas fueron 33 días en la década de los 70, la ciudad de Roma lloraba la muerte del Papa Pablo VI, al mismo tiempo que esperanzados, los romanos y los habitantes del planeta pedíamos al Señor que el Pastor de nuestra Iglesia continuase con acierto los logros de sus antecesores. Y el Señor nos concedió una ráfaga de viento fresco en la inconfundible sonrisa de Albino Luciani (Juan Pablo I). Apenas fueron 33 días, pero en ellos se creó el espacio para recibir al Papa Magno (Juan Pablo II).
La presencia de Karol Wojtyła fue tan arrolladora que muchos ya nos olvidamos. Era un hombre muy humilde y su sabiduría surgía de las entrañas mismas del ser humano. Lo sencillo lo convertía en divino, lo simple lo hacía grandioso. Hablaba como habla el hombre del campo, con franqueza y con sencillez. Sus escritos son tan sencillos y tan fáciles de entender que constituyen un lindo camino para poder recorrerlo y encontrarnos con el Señor.
Para muchos el tema de la confesión es hoy si no olvidado, al menos pareciera relegado a un cuarto o quinto lugar en la vida de los cristianos. ¡Qué pena que perdamos un espacio tan bello en nuestra vida y en nuestro camino de santidad!
Volvemos a Luciani; el 30 de mayo de 1976, dos años antes de ser consagrado Sumo Pontífice, siendo Patriarca de Venecia, fue a decir Misa a la Iglesia de los Capuchinos de Padua y en su homilía decía: -Todos somos pecadores, hay que tener presente esta triste realidad. Nadie puede evitar por mucho tiempo faltas pequeñas o grandes, pero como decía San Francisco de Sales: “Si tu asno cae en el camino ¿qué haces?, no lo vas a moler a palos, pobrecillo, bastante tiene con haberse caído. Tienes que cogerlo por el cabestro y decirle: Arriba, seguimos el camino y la próxima vez estaremos más atentos”.
Un Sacerdote, amigo mío, me comentaba que la gente le decía a Albino Luciani: -“Padre, me gusta que me confiese, pero usted es de manga muy ancha” (esta expresión española hace referencia de una persona que aparentemente es muy permisible, que por él cuela todo). Y Monseñor Luciani decía: -Pero, hijo mío, quien ha sido de manga ancha es el Señor; no soy yo el que murió por los pecados, fue Jesús quien lo hizo, bien ancho de manga que fue con el ladrón y con los demás. Jesús, por una parte se enfrenta con el pecado, pero por otra no lo hace, sino que se encuentra con los pecadores. El Señor no quiere el pecado, pero tiene misericordia de los pecadores. Es Jesucristo quien, desde la Cruz, le dice al buen ladrón: -Hoy estarás conmigo en el paraíso. Igual que a la mujer adúltera: -Tampoco yo te condeno, vete y en adelante no peques más.
El próximo domingo te cuento más cosas del Papa Juan Pablo I.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

La respuesta a la muerte


Hola... Te cuento que hace treinta años comencé a celebrar la Eucaristía en la Capilla de la Clínica Padre Luis Tezza. Con la gracia de Dios, domingo tras domingo, he podido compartir la Eucaristía con los enfermos, sus familiares,... que, a través de los parlantes, escuchan la Misa en sus habitaciones y hay personas que acuden a esta bella Capilla para -juntos- unirnos en oración y vivir el más bello misterio de nuestra fe: La Presencia Real de Cristo en la Eucaristía.
Desde hace algunos meses, al vivir en la Parroquia de Nuestra Señora del Consuelo, la distancia que hay hasta la clínica me permite llegar a ella caminando y en la Capilla celebrar la Santa Misa.
En esta oportunidad lo que voy a contarte me sucedió el lunes pasado, Festividad de Todos los Santos. Se acercaba la hora y prácticamente me era imposible caminar hasta la clínica, por lo que decidí tomar un taxi. Te contaré que fue Providencial y al usar esta palabra, le doy el significado de que la mano de Dios, una vez más, la sentí en mi camino. Apenas son unos minutos los que se necesitan para cubrir esa ruta; sin embargo, fíjate de qué forma transcurrieron:
Al entrar en el taxi observé que junto al espejo retrovisor, en cada lado, había un muñequito y los dos se bamboleaban al ritmo del carro; me llamó la atención y le pregunté al chofer el significado de esos muñequitos y me contestó que representaban y tenían el nombre de sus dos hijos y que éstos le regalaron diciéndole: -“Papi, cada vez que los veas estamos seguros que estarás pensando en nosotros”.
Mi hija tiene dieciséis años y mi hijo diez; hace cuatro años murió mi joven esposa de un fulminante ataque al corazón; para ese momento mis hijos tenían doce y seis años respectivamente. Comprenderás que el mundo se me vino encima; le pregunté a Dios cómo era posible que fuera tan injusto y pensé que la bondad de la creación era un simple aviso publicitario que sólo a los ingenuos les podía convencer.
Transcurrían los minutos, nos acercábamos a la Clínica Tezza, yo sentía que la necesidad de aquel hombre -en la sabiduría de un hombre común y normal- no podía despreciarla, porque me estaba dando la clave de lo que millones de personas en el mundo buscan con ansiedad: La respuesta a la muerte.
Me dijo que, pasado algún tiempo, comenzó a entender a través de sus hijos, principalmente, de cómo su esposa seguía viviendo y quizá con más fuerza en cada uno de los momentos de sus vidas. Su hija le dijo una vez: ¿Papá, te has dado cuenta cómo mi madre nunca nos abandona? Somos una familia ordenada, nos queremos, evitamos excesos, vivimos en paz con todos, nos estamos superando,... Y esto sólo es posible porque mi mami nos está guiando desde el cielo.
Nosotros también hemos llegado a nuestro final, pero por el día de hoy, porque el próximo domingo regreso contigo.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

La Virgen de Guadalupe



Hola... Recién llegados a la ciudad de México, desde las alturas y la proyección que te da el avión, puedes claramente distinguir que estás llegando a una de las ciudades más pobladas del mundo. Son más de veinte millones de personas las que habitan la ciudad de México.
Desde el avión observo una infinidad de lagos y me cuentan que hace muchísimos siglos atrás, lo que hoy es la ciudad fue un inmenso lago y me hicieron recordar aquella canción en que se menciona que la ciudad de Guadalajara está en un llano y México en una laguna.
El avión aterrizó sin problema alguno y a los peregrinos nos esperaban en uno de los ambientes del aeropuerto donde, dicho sea de paso, el Papa Juan Pablo II llegó en cinco oportunidades. ¡Cuánto cariño le deparaba al Papa este pueblo de México y, al mismo tiempo, cuánto afecto tenía el Santo Padre a la Virgen de Guadalupe y al pueblo mexicano!
Te cuento que ya en las grandes avenidas que nos conducían al hotel en el que se aposentaba la peregrinación, vinieron a mi mente imágenes que había visto por televisión, sobre la última vez que el Santo Padre llegó a esta ciudad. Con qué entusiasmo millones de mexicanos apostados en las aceras de esta enorme avenida, vitoreaban a un hombre herido por la enfermedad, pero rebosante de gozo porque iba a Beatificar a Juan Diego, aquel joven mexicano que, quinientos años atrás, había tenido el privilegio de recibir uno de los encargos más maravillosos de la historia de América, un encargo de evangelización a través de una imagen plasmada en su Tilma y que, durante estos quinientos años ha significado que la Basílica donde está la imagen de la Virgen de Guadalupe, diaria e ininterrumpidamente, sea visitada por millones de creyentes.
¡Lo he visto y lo he sentido! Llegué en una mañana radiante de sol, el clima era suave, un aire fresco cubría el amanecer de México, se respiraba diferente; al igual que miles de peregrinos entrábamos por un paseo que da a la Plaza de las Cuatro Iglesias (la historia de estas Iglesias te la contaré el próximo día). Sin embargo, hoy quiero decirte que la sensación que viví al celebrar la Eucaristía, viendo a pocos metros de mí, la Tilma de Juan Diego y, por ende, la imagen de la Virgen de Guadalupe; es sentir la profunda y fortalecedora mirada de aquella Madre que no sólo está en el cielo, sino en aquel instante que las miles de personas estábamos compartiendo la Santa Misa.
A modo de anécdota, te contaré que para celebrar la Misa me tuve que revestir en la Sacristía de la Basílica; si bien es verdad, lo mío fue un acto no del todo permitido: Encontré una puerta abierta, muy despacio y sigilosamente -para esto nadie me dijo algo- me pude acercar a escasos metros del resguardado Cuadro de la Virgen de Guadalupe. Estaba solo en ese lugar, pude mirar el rostro de la Virgen; es el rostro de una niña, sus ojos están levemente cerrados; sin embargo, sentí que la Madre de Dios me estaba sonriendo.
Estuve allí, lo viví y ahora te lo cuento. Después continúo narrándote.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga
!

Donde tú vayas, iré yo

Hola... En mis manos tengo la Biblia y justo hace unos momentos leía el pasaje donde Jesús describe la prudencia como una de las características importantes del ser humano.
Un hombre prudente es aquel que toma provisiones y previsiones ante el futuro. Y si se trata de un futuro referido a la pareja, pienso cuán importante es para el ser humano que inicia una relación de pareja, saber en lo profundo de su corazón quién es aquella persona que va a compartir con él, el resto de su vida.
Jesús recomienda que, al igual que el hombre que quiere construir una casa, primero analiza cuáles son aquellos elementos que va a necesitar y si tiene el suficiente presupuesto para poder construirla. Nos dice Jesús: Si analizados estos elementos se da cuenta que no puede construir esa casa, deja la obra para un mejor momento.
En esta mañana, al leer estas líneas, posiblemente seas tú uno de éstos que está en un proyecto de vida de construir un futuro con tu pareja.
Sería bueno que analizaras si en tu corazón y en el corazón de tu pareja tienen reflejados un texto similar a este: Libro de Rut (Antiguo Testamento). “Rut entonces dijo: No insistas en que te abandone y me separe de ti, pues a donde tú vayas, iré yo; y donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios.
Dónde tú mueras allí también quiero yo morir y ser enterrada.
Que el Señor me castigue como es debido si no es tan sólo la muerte la que nos ha de separar”.
Cuando el texto bíblico nos habla de esta mujer llamada Rut y si aquello que tiene escrito en su corazón -que es lo que acabas de leer- es su presupuesto para vivir eternamente con un hombre, podemos entender fácilmente cómo esta mujer tiene claramente en su mente y en su corazón las ideas básicas y los presupuestos fundamentales para vivir eternamente una relación de amor.
Qué importante es esta frase: “No insistas en que te abandone y me separe de ti, pues a donde tú vayas, iré yo”.
Ante esta frase, uno no puede sentir otra cosa que no sea tan importante como es la relación de pareja, en la cual por lo menos uno de los dos no se doblegue ante las tempestades de la vida, y aquí podríamos usar esta analogía: Un barco no podrá jamás hundirse cuando en el puente de mando hay un Capitán que sabe resistir hasta el final y llevar la nave a buen puerto.
Quiero recordarte que seguimos en el mes de octubre. Mañana lunes y el próximo martes (19) son dos días importantísimos para poder acompañar, aunque sea por unas cuadras, al Señor de los Milagros.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Mi Sacerdocio

Hola... En este momento, al escribir estas líneas, es mediodía; el sol apenas ha comenzado a salir hace dos horas. En la mañana, muy temprano, he trotado con cientos de personas respirando el aire puro, en un paisaje muy bello, teniendo una experiencia maravillosa.
Ya en mi casa, en la oficina de la Parroquia Nuestra Señora del Consuelo, he podido conversar con varias personas. Fui a darle la Unción de Enfermos a una señora cuya enfermedad es terminal. Posteriormente, fui a una casa de reposo de ancianos donde recé ante el cuerpo inerte de alguien que había fallecido a tempranas horas de la mañana y les di la Unción de Enfermos a dos ancianitos. Es la vida de una Parroquia que, sin lugar a dudas, después de celebrar 31 años como Sacerdote, la verdad nunca había entrado en este ritmo que conlleva bellos momentos de mi Sacerdocio.
Es mediodía y sentado en la silla de mi oficina observo en un enorme ventanal que da al jardín: árboles, plantas y una frondosa vegetación que me hace pensar en las cosas bellas y bonitas de la vida.
Justamente, encima de mi escritorio, observando la belleza de la vista que me proporciona el ventanal de mi oficina, tengo una oración que acabo de leer y quiero, si tú me lo permites, que esta noche, antes de acostarte, la reces:
“Peregrino y enfermo vuelvo a Ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera de Ti, y agobiado por el grave peso de mis males. Lo he visto; lo he experimentado: lejos de Ti no hay abrigo, ni descanso, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Ábreme las deseadas puertas de tu casa; perdóname; recíbeme; sáname de todas mis enfermedades; úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el ósculo de paz que prometiste al pecador contrito y humillado. ¿A quién, sino a Ti, clamaré, desde el profundo abismo de mis males, oh Dios mío y Misericordia mía?
Como el ciervo herido desea la corriente de las aguas, así mi alma corre a Ti, sedienta de tu amor, y desea tu rostro amabilísimo.
¡Oh Verdad! ¡Oh Belleza infinitamente amable de Dios! ¡Cuán tarde te amé!, ¡cuán tarde te conocí! y ¡cuán desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí!
Mis delitos me han envejecido; mis culpas me han afeado y mis iniquidades me han sobrepujado, como las olas del mar, por encima de mi cabeza; mas, al fin, te amo y te conozco, Bien sumo y Verdad suma, y con la luz que Tú me das me conozco y me aborrezco, pues yo he sido el principio y la causa de todos mis males”.
No te olvides de rezarla esta noche.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

La vida es una despedida

Hola... Uno de los autores preferidos por mí es el argentino René J. Trossero. No sé por qué, pero al leer sus artículos y sus libros, me siento muy identificado con lo que dice; pienso que es un vehículo que Dios utiliza para llegar a mí, al mismo tiempo responde a muchas de mis dudas y complicaciones.
Pido a Dios que, de igual manera, tú tengas conmigo la misma generosidad de aceptarme cada domingo por unos minutos en tu vida y al compartir contigo mis escritos no hago otra cosa, sino el poder llegar a tu corazón y pensar que en algún momento mis palabras puedan ser un espacio de reflexión y de respuesta a tus preguntas.
Es posible que muchos de mis lectores, a lo largo de su vida, hayan tenido que despedirse en varias ocasiones y no encuentren respuesta al futuro. Por eso me atrevo a pedirte que, junto a René Trossero, leamos estas animosas palabras:
Lo más triste no es despedirse, sino no saber hacia dónde ir... y lo más triste no es despedir al que parte, sino no saber dónde y para qué te quedas.
Si toda la vida es un camino, y toda la vida es una búsqueda, acéptalo, aunque te duela; toda la vida es una despedida.
¡Sólo aprendiste a vivir, cuando aprendiste a despedirte!
Y no habrás aprendido a caminar en libertad, mientras no te hayas despedido de lo andado y lo logrado.
La libertad y la valentía que no tienes para despedirte de todo lo dejado y lo perdido, son la libertad y la fuerza que te faltan para seguir andando.
Despídete, de los padres que ya no necesitas, y cuida de ti mismo haciéndote responsable de tu vida.
Despídete, de los hijos que ya no te necesitan y déjalos ser libres.
Despídete, de lo bueno que viviste, sin apegarte al tiempo que pasó, por temor del presente y del futuro.
Despídete, del mal que cometiste, sin atarte con culpas y reproches; perdónate a ti mismo.
Despídete, de las ofensas que te hirieron sin esclavizarte en la prisión del rencor y la amargura.
Despídete, de los que, muriéndose, partieron, para que dejes esperar su regreso y camines tu camino en la esperanza de encontrarte tú con ellos...
Despídete, deja correr el río de la vida, llevándose las aguas que estás viendo, para que tengan lugar ante tus ojos las aguas que no viste todavía y ya están viniendo...
Te reitero una vez más lo saludable que sería para mí el poder saber que estas palabras llegaron a tu corazón. Por ello te digo: Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Fuerza Interior

Hola... Quiero que leas con atención este párrafo:
“Nos enfrentamos hoy con el futuro más extraño e impredecible con que se ha enfrentado generación alguna. Tenemos en las manos una gran civilización que salvar... o perder. Ante estas circunstancias nos preguntamos: ¿Alguien, alguna cultura del pasado nos puede ofrecer lecciones aún válidas en el presente? Yo creo que sí”.
El texto que acabas de leer fue escrito el mes y el año que nací, vale decir, mayo de 1956. Hasta la fecha han pasado 54 años; al igual que tú, pienso que hoy en día el texto es cien por cien válido.
En el párrafo se preguntaba si alguna civilización antigua puede ayudarnos a solucionar los problemas de hoy. La respuesta es sí. La más grande civilización anterior a la nuestra fue la griega; ellos también vivieron en un mundo peligroso; eran un pueblo pequeño, eminentemente culto, rodeado de tribus salvajes y siempre bajo la amenaza del más formidable poder asiático: El Imperio Persa.
Sucumbieron los griegos, al fin; más la razón de su ruina no fue el poder de los enemigos exteriores, sino la relajación de la propia fuerza espiritual. Mientras los griegos conservaron incólume esa fuerza interior, su patria fue invencible; y dejaron tras sí tesoros artísticos y filosóficos que todavía nadie ha superado.
Condición básica de todas las hazañas griegas fue la libertad. Esta idea nació en Grecia y, con ella, esta pequeña nación pudo prevalecer a pesar del potencial humano y la riqueza desplegados contra ella.
En Maraton y Salamina las huestes persas, de aplastante poder numérico, sufrieron terribles derrotas bajo el brío inteligente de las pequeñas fuerzas griegas. Allí quedó demostrado que un hombre libre es superior a muchísimos hombres sometidos a un tirano. Y Atenas, donde la libertad era el bien más amado, forjó con su dirección viril tan asombrosas victorias.
No sólo todos los hombres libres participaban en el gobierno, sino que además el amor a la belleza y el deseo de contribuir a su creación, eran compartidos por la mayoría de los ciudadanos.
¿Cuál era la instrucción escolar para los niños? Y la frase que la resume es esta: Se les enseñaba a pensar.
Un romano reflexivo que viajó a Grecia en el siglo II decía: Nadie ha prosperado nunca bajo la democracia, excepto los atenienses. Poseían el dominio de sí mismos y respetaban la ley.
Platón decía: “La libertad no es asunto de leyes ni constituciones”; únicamente es libre aquel que realiza en el fondo de su ser el orden divino, la verdadera norma por la cual el hombre se gobierna y conduce a sí mismo.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

El erizo


Hola... Al atardecer de la semana pasada me dirigía desde la ciudad de León a mi entrañable pueblo San Román de los Caballeros. El trayecto lo hacíamos mi familia y yo en el auto que mis sobrinos han denominado como “canoso”; al volante mi sobrina, cuya maestría en el manejo ha de ser envidiable por los más conspicuos choferes que existan en el mundo; por supuesto que esto lo veo con ojos de tío que adora a sus sobrinos y, en este caso, a mi sobrina Patricia.
Resulta que en cualquier momento cruzan por la carretera unos animalitos que nosotros conocemos con el nombre de erizo; en muchas oportunidades los pobres mueren aplastados en el asfalto porque los choferes no pueden esquivarlos; pero no fue este el caso del erizo que se nos cruzó, por la habilidad del manejo de mi sobrina Patricia y, además, es impresionante la vista de lince que tiene mi sobrino Pablito.
Aplaudida la acción, les conté a mis sobrinos aquella fábula en la que se relata cómo hace miles de años, en la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del enorme frío; sin embargo hubo un animal, el erizo, que se dio cuenta de cómo la situación se convertiría en catastrófica si no hacían algo al respecto. Pasó la voz de alarma a todos los erizos y decidieron unirse en grupos, de esa manera se aliviarían y se protegerían entre sí produciéndose calor, pero las espinas de cada uno de ellos herirían sus cuerpos.
El caso es que, por las espinas, las heridas les hicieron tomar la decisión de alejarse unos de otros, al mismo tiempo que se veían cómo se morían congelados. Entonces tuvieron que hacer una elección: Aceptaban las espinas de sus compañeros o simplemente desaparecerían de la faz de la tierra. Por supuesto que primó el criterio sabio y la decisión de volver a estar juntos. Es cierto que se producían pequeñas heridas, pero poco a poco, por ese espíritu de sobrevivencia supieron ajustar sus espinas unos a otros, de manera que el calor que causaban al estar juntos, siempre era mucho más grande que los pequeños inconvenientes que les pudieran ocasionar las espinas.
Transcurríamos en estos menesteres antes de llegar al pueblo y la avidez de la historia y la intuición de mi sobrino, nos hizo llegar a esta conclusión: Las personas no somos perfectas; por lo tanto, es importante en la vida de comunidad aprender a vivir con los defectos de los demás y, por supuesto, valorar y admirar sus cualidades.
Yo te digo: Todos tenemos espinas, pero también todos podemos producir calor humano y eso es lo que importa.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Plaza del Obradoiro

Hola... La semana pasada nos quedábamos a las puertas de la Catedral de Santiago de Compostela, en la inmensa plaza llamada “Plaza del Obradoiro”. En ella a cualquier hora del día y de la noche podemos encontrar a cientos de peregrinos, venidos de todo el mundo, recorriendo el Camino de Santiago.
El domingo pasado te conté que había recorrido con mi familia los últimos metros que transcurren por la ciudad de Santiago, antes de llegar a la Plaza del Obradoiro e ingresar al templo. Al conversar con los peregrinos, sentado en la escalinata que da acceso a la puerta principal, pude conversar con un anciano lugareño por un largo rato, quien me contó muchas de las historias y anécdotas que constituyen por sí mismas un inmenso testimonio de una de las realidades de fe más palpable de la historia de nuestra Iglesia.
Le pregunté al lugareño cuál es la historia de aquellos lugares santos y me comentó que los discípulos del Apóstol Santiago, quienes habían traído su cuerpo hasta ese lugar, pidieron a la señora Lupa -que habitaba en Castro Lupario, a dos leguas de Iría- terrenos para enterrar el cuerpo del Apóstol. Ésta les autorizó que en sus tierras del Monte Illicino, hoy “Picosagro”, recogieran lo que fuera útil para darle sepultura al santo.
El anciano también me dijo que aquel sitio quedó olvidado por cerca de 800 años y cuentan que un anacoreta -que decía Misa a los 200 moradores de la Iglesia de San Fiz de Solovio- vio, en noches sucesivas, una estrella alumbrando persistentemente sobre un alto roble que se erguía enhiesto en medio del monte, oyendo al mismo tiempo armonías sobrenaturales. Notificado el suceso al Obispo de Iría, a cuya Diócesis pertenecía el lugar, quiso comprobar el prodigio por sí mismo y se dirigió prestamente al sitio, acompañado de mucha gente. Esto ocurría, según los historiadores, un 25 de julio del año 813; el Obispo se llamaba Teodomiro.
Tantos fueron los prodigios atribuidos al Apóstol Santiago, que los pueblos de Europa tenían a honra el poder ir a postrarse en la Basílica Compostelana. Todo Europa miraba a Santiago de Compostela, no sólo como centro de cultura, sino, lo más importante, como centro de religiosidad.
Para la historia de este lugar, debemos reconocer la fuerza que le dio el Papa León III, quien confirmó el hallazgo de los restos del Apóstol Santiago y pidió a los Obispos del mundo que, acompañados de sus feligreses, se dirigieran a este lugar.
Entre los grandes Santos que nos relata la historia que llegaron a Santiago de Compostela está San Francisco de Asís, quien, incluso, fundó una Iglesia y un Monasterio en esta ciudad.
Muchas cosas más me contó aquel anciano, pero por el espacio nos remitiremos hasta la próxima semana.
Te recuerdo nuestra particular peregrinación al Divino Niño (Colombia) y a la Virgen de Guadalupe (México), llamando a estos teléfonos: 444-9393 y 717-5555.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Santiago de Compostela

Hola... Recién llego a la ciudad de Vigo.
Como te comentaba el domingo pasado, era obligatorio ir a Santiago de Compostela y al menos realizar por el Camino de Santiago el último recorrido, o los últimos kilómetros que nos acercan a la imponente Basílica de Piedra, en la cual se guardan celosamente los restos que la tradición ubica de uno de los Apóstoles más cercanos de Jesús, hermano de Juan, hijo de Zebedeo y cuyo nombre es Santiago el Mayor.
Este Año de Jubileo y es Año Santo porque cada 25 de julio, si esta fecha cae en domingo, la Iglesia propone a los cristianos indulgencias para aquellos que, desde los diferentes lugares del mundo, llegan a postrarse ante la tumba del Apóstol Santiago.
Te contaré que en este año el número de peregrinos, hasta hoy, se ha triplicado y quizá más que en los años anteriores. En algún momento te contaré con lujo de detalles cuál es la historia o historias que se han escrito sobre el camino milenario del Apóstol Santiago.
El Año Jubilar Compostelano se celebró con solemnidad por primera vez en el año 1182. La peregrinación era y debe ser un espacio de libertad en el que se busca la fe y la amistad fraterna, es “UN CAMBIO DE VIDA”. El Jubileo Compostelano viene a ser una indulgencia plenísima, concedida con más solemnidad, por el modo y augustas ceremonias con que se celebra. Se gana comulgando y orando ante el Santo Apóstol, en su Altar de la Basílica, por las intenciones del Padre Santo y queda en el peregrino la libertad de rezar aquellas que crea más conveniente.
Hace unas horas acabo de llegar de Santiago de Compostela; al transcribirtAñadir imagene estas líneas narro en ellas las emociones vividas y las horas de espera antes de pasar por la Puerta Santa y lograr llegar a la estatua de cobre del Santo, la cual ha sido abrazada por reyes, príncipes, magnates y, por supuesto, por el Santo Padre recordando a Juan Pablo II y para el mes de noviembre ya está anunciado por todos los lugares por los que he pasado: llegará como peregrino de Roma a este santo lugar el Papa Benedicto XVI.
Como veo que el tiempo es breve, antes de que se me olvide, te informo que puedes entrar a esta página web: www.crtvg.es/camweb/ y en ella verás, con cámaras en tiempo real, los acontecimientos que suceden tanto dentro como fuera de la Basílica del Apóstol Santiago.
Seguiré contándote esta historia el próximo domingo, pero en este espacio que me queda quiero recordarte que el jueves, 26 de agosto, se celebraron los 100 años del nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta. En mi caso, el viernes mi padre cumplió 80 años y ayer, sábado, la Iglesia recordó al más santo de los sabios y al más sabio de los santos, que fue San Agustín. Al mismo tiempo, te hago presente que ya nos quedan muy pocas plazas para la peregrinación que vamos a realizar en octubre a Bogotá (Divino Niño) y a México (Virgen de Guadalupe). Llámanos a los teléfonos: 444-9393 y 717-5555.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Sinfonía de Belleza

Hola... Tres son las semanas que han transcurrido donde, con la gracia de Dios y la compañía de mi familia, estoy disfrutando de estos apacibles días a la orilla del Río Órbigo que con sus cristalinas aguas riega la fértil ribera que lleva su nombre. Uno de los productos que más se cultiva es el lúpulo y además hay una abundante ganadería.
Hace unos domingos te comenté que, acompañado de mis sobrinos Pablo y Patricia, fuimos, en la noche, a ver la Catedral de León iluminada, pero con unas características extraordinariamente bellas.
Te cuento: Eran alrededor de las doce de la noche cuando, acompañado de un ingente número de personas, ingresamos a la plaza de la Catedral; ésta se ve imponente, piedra y vitrales en una sinfonía de belleza. El conjunto de luces externas matizan la hermosura de su construcción; al mismo tiempo que los colores de la piedra contrastan con los colores de los vitrales. A las doce de la noche en punto, todas las luces exteriores se apagan, al igual que las luces de los edificios circundantes: Palacio Episcopal, Seminario Mayor y tiendas varias que circundan la plaza. Unas farolas que están en el centro son las únicas que quedan encendidas y una suave música gregoriana inunda el ambiente. El silencio es cuasi sepulcral. En el interior de la Catedral se distinguen unos destellos de luz que paulatinamente van adquiriendo un hermoso brillo. Aquello parece un encantamiento, la luz, la música, el silencio, la noche, la multitud... Para todas las edades el espectáculo es admirable, niños, adolescentes y jóvenes, maduros y ancianos; no existe edad para poder disfrutar de esos momentos mágicos.
Ciertamente uno sabe que es la Catedral de León, pero en ese instante de total luminosidad interior, cualquiera podría pensar que algo del más allá se ha colocado delante de nuestros ojos para que su imagen quede imborrable en el tiempo y, por supuesto, para la eternidad.
Es cierto que muchas veces nos ha sucedido que hemos visto maravillas de la naturaleza, pero por ser tantas veces repetidas posiblemente hayan fugado de nuestro recuerdo; sin embargo, lo que acabo de contarte no es sino una gota de agua en el océano de belleza que allí puedes vivir.
En esta semana estoy partiendo para la ciudad de Vigo, la cual se encuentra ubicada a muy pocos kilómetros de la ciudad de Santiago de Compostela; es por ello que nuestra crónica nacerá en las entrañas del Año Santo Compostelano.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Nuestra Madre, la Virgen

Hola... El domingo pasado me despedía de este lugar especial de la historia personal de mi vida, que es el pueblo donde nací: León, España. A la vez, hoy estamos celebrando una de las Fiestas de Nuestra Madre, la Virgen, como es la “Fiesta de la Asunción a los Cielos”, Fiesta de Glorificación, de quien desde la humildad de una “esclava” aceptó el reto del más grande acontecimiento que jamás haya sucedido en la Historia de la Salvación: LA MATERNIDAD DEL HIJO DE DIOS.
Te cuento, a ti que estás leyendo estas líneas el mismo 15 de agosto y yo lo estoy mandando a Lima con unos días de antelación, que recuerdo nítidamente cómo fueron en mis años de niño y de adolescente, ir a un pueblo que está a dos kilómetros del mío cuyo nombre es Llamas de la Ribera, en donde se celebraba solemnemente la “Fiesta de la Virgen”. Si bien es verdad que siendo niño y acompañado de mis amigos del pueblo, no teníamos en mente el alcance de esta Fiesta, sin embargo la recuerdo con gran afecto, ya que tanto la Misa Solemne como la Procesión posterior con la imagen de la Virgen por el pueblo son, para mí, momentos imborrables.
Conocer mi fe a lo largo de los años me ha llevado a relacionarme con profesores, tratados, ponencias... cuya brillantez es indudable para acercarme a los puntos básicos que configuran el misterio de nuestra fe; no obstante son esos pequeños gestos vividos de niño, esas misas solemnes y procesiones cuyo fervor se dibujaba claramente en el rostro de aquellos que, para mí, eran “la gente mayor del pueblo”, pero que representan el fundamento vivencial de mi fe.
Yo sé que estás esperando que te cuente cómo nos fue a mis sobrinos y a mí en la visita que hicimos durante la noche del día pasado a la Catedral de León, pero no te preocupes porque conociendo el afecto que me tienes y sabiendo, también, que nuestros encuentros dominicales en esta columna son fieles, sabes muy bien que en cualquier momento te seguiré relatando esa y otras experiencias que estoy viviendo durante este mes de agosto, aquí en el pueblo que me vio nacer.
Pero no podía dejar pasar una fecha tan representativa para la Iglesia como es la del 15 de agosto, que nos lleva directamente a entender que la Glorificación en la experiencia cristiana nace en la libre aceptación de vivir a Cristo en nuestras vidas, al mismo tiempo que se va construyendo un camino muchas veces cargados de sinsabores y no exento de dolor e ingratitud, pero desde la fidelidad y la perseverancia, muletas imprescindibles en este caminar nos llevarán a la Glorificación al igual que aquella que hoy celebramos de Nuestra Madre, la Virgen María.
El próximo domingo te espero en este lugar y te agradezco desde ya el haber compartido conmigo este momento.
¡Que Dios nos bendiga!

Vacaciones

Hola... Terminada la Misa en la Iglesia de mi pueblo, la cual se encuentra en el Centro y está hecha de piedra, cuentan los más viejos del lugar que ellos ya la conocieron siendo niños y que, a su vez, sus abuelos y bisabuelos también les hablaban de esta Iglesia.
Como comprenderás, a través de estas primeras líneas te estoy escribiendo desde el pueblo que me vio nacer y en él estoy disfrutando con mi familia este mes de agosto, caluroso durante el día y refrescante en la noche.
Con mis sobrinos dispusimos un día, después de participar en la Santa Misa, visitar la Capital, cuyo nombre es León. Queríamos ver uno de los Templos más bellos construido en la Edad Media y que es prototipo del más fino gótico; me estoy refiriendo a la Catedral de León. Acaban de hacer una real obra de Ingeniería Moderna, ya que al paso de los años -son más de quinientos-, la polución moderna de las industrias, de los autos,... han creado en la piedra con que fue construida una enfermedad que la va destruyendo paulatinamente; sin embargo, técnicas modernas han logrado fortalecerla, al mismo tiempo que la están limpiando y la imagen que ofrece en este momento es la de una Catedral recién construida.
Cuando llegué a la casa de mi padre, lo primero que me dijeron mis sobrinos fue que teníamos que ir una noche a León para ver la Catedral, porque realmente es algo tan bello que el que la observa queda maravillado. Llegamos a la ciudad de León y lo primero que hicimos fue ir a un típico restaurante donde se venden las “patatas bravas”, calamares, mejillones, pulpo,... aunque parece ser que, después del Mundial, por una temporada los españoles se resisten a comer el pulpo, porque los malpensados creen que fue el pulpo Pool el que les hizo ganar el Mundial en Sudáfrica.
Mis sobrinos y yo -ajenos a este mito y por mi parte extrañando mi pulpo y mis “patatas bravas”- acomodamos una mesa y dimos cuenta de estos y otros suculentos manjares. Para no abrirte el apetito, te contaré que nos levantamos de la mesa, caminamos por una avenida principal que tiene el nombre de un Rey Leonés llamado Ordoño II, y de allí nos encaminamos a la calle de la Catedral; a lo lejos -hablamos de tres cuadras- ya se veía el reflejo de la luz exterior que ilumina este “barco pétreo que surca las llanuras castellanoleonesas”; me estoy refiriendo a la Catedral.
Mucha gente como nosotros se dirigía a ver aquella maravilla nocturna, pero esto te lo contaré, si tú me lo permites, el próximo domingo y durante la semana te tendré presente con afecto y cariño.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Días de Reflexión

Hola... Recién hemos concluido en esta semana las Fiestas Patrias; a muchos de nosotros se nos han presentado estos días como días de reflexión y para poner en orden en el baúl de nuestros recuerdos aquellos aspectos que, siendo importantes en nuestras vidas por el trajinar de cada momento, no digo que se nos hayan olvidado, pero sí es posible que los hayamos dejado a un lado.
Salí al parque donde me encuentro con el “loco de la colina” y le conversé sobre lo que había estado haciendo estos días de Fiestas Patrias; él me comentó que también había estado reflexionando sobre algunos aspectos fundamentales de su vida y que en un papel había anotado algunos pensamientos. Tomé en mis manos la hoja que me ofrecía el “loco de la colina” y, al llegar a mi casa, la transcribí en esta columna tal y como él me la entregó:
“Frena tu lengua para que no se desboque: Di siempre menos de lo que piensas.
Cultiva una voz baja y persuasiva. La forma como lo dices a veces cuenta más que lo que dices. Nunca dejes pasar las oportunidades para decir una palabra amable y alentadora.
Elogia el trabajo bien hecho, sin importar quién lo hizo.
Interésate en los demás: En sus ocupaciones, su bienestar, su hogar y su familia.
Haz que a todo aquel que encuentres, no importa cuán humilde sea, sienta que tú lo consideras una persona importante.
¡Se jovial! Oculta tus dolores, tus preocupaciones y tus desengaños bajo una sonrisa animosa y sincera. Ríe francamente cuando oigas un buen chiste y aprende a contarlo tú también.
Debes mantener tu mente abierta respecto a todos los problemas. Deja que tus virtudes hablen por sí solas y no menciones los vicios de los demás.
No alientes la murmuración. Debes imponerte la regla de no hablar de otra persona si no es algo bueno.
Ten mucho cuidado con los sentimientos de los demás. Los chistes y bromas a expensas de otros, pocas veces son acertados y pueden herir donde menos esperas.
No pongas atención a comentarios malévolos acerca de ti; simplemente vive de tal modo que nadie los crea.
Los nervios trastornados con frecuencia ocasionan contestaciones mordaces.
No te desesperes por conseguir lo que crees que mereces. Realiza tu trabajo, se paciente y conserva tu buen carácter”.
Tal y como me lo entregó el “loco de la colina”, así lo transcribo para ustedes, amigos lectores.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

ACTITUD


Hola... En infinidad de ocasiones he podido comparar gestos de grandeza realizados por seres humanos y todos ellos tienen, en la persona que los realiza, un común denominador al cual lo califico con una palabra: ACTITUD.
Hace algunos años una persona viajó a la ciudad de Calcuta, en este lugar vivió una experiencia y la contó de esta manera:
Me quedé mirando esos pobres cuerpos inermes: 80 hombres y 70 mujeres, algunos destruidos por la debilidad y otros devorados por la lepra. Después me acerqué al Ingeniero y le pregunté: -¿Por qué lo hace?, ¿acaso no tiene miedo a la lepra? El hombre me contestó: -San Francisco besó al leproso; yo solamente lo cuido.
La Madre Teresa de Calcuta con 900 HERMANAS y UN CENTENAR DE HERMANOS cuidan, con sulfas y vitaminas, a más de 8,000 leprosos en las avenidas y calles de Calcuta. Es difícil controlarlos -dice un hermano-, se cambian de una acera para otra y entonces se interrumpen las curaciones y, a veces, todo cuidado resulta inútil; es una gota en el mar lo que hacemos, sólo en la India hay 4 millones de leprosos.
En Calcuta está el Nirmal Hriday, fue fundado en el año 1972; hasta la fecha se han hospedado 27,000 moribundos, de ellos 14,000 se salvaron y pudieron emprender de nuevo sus vidas.
Te cuento que un día de mayo, en el que el calor era insoportable, una mujer, reducida a un bulto pequeño, deforme y maloliente, con un pobre cuerpo sin carnes -muy semejante a una radiografía-, fue llevada en ambulancia al Nirmal Hriday. La Madre Teresa, mientras lava delicadamente con agua desinfectando todo el cuerpo, invita a una Hermana que acuda con medicinas y a otra que le prepare un caldo tibio. La mujer se reanima, abre sus ojos y pregunta: -¿Por qué haces esto? La Madre Teresa de Calcuta le susurra al oído: -Porque te quiero. La mujer le toma la mano con gran esfuerzo: -Dímelo otra vez. -Te quiero, le repite con dulzura la Madre Teresa. La mujer se lo hizo repetir varias veces.
En la India se respeta y se ama a los animales; sin embargo, las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, en un basural de la ciudad, entre los deshechos encontraron gimiendo y llorando a una ancianita; cuando las Religiosas se le acercaron, la pobre anciana repetía una y varias veces: -¡Fue mi hijo quien me arrojó en este basural...! ¡Mi hijo, mi hijo...!
Para estas Fiestas Patrias una actitud en nuestros corazones: QUERER Y AMAR A LOS HOMBRES Y MUJERES DEL PERÚ.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

AMOR y la TERNURA

Hola... Acabo de recibir un bello correo en el cual se relata la historia de una persona que, en el bosque de su ciudad, se encontró con un cachorro de león que estaba enfermo y malherido, lo recogió y lo llevó a su casa donde por un tiempo prudencial lo cuidó. Avisando a los empleados del zoológico de la ciudad, éstos se apersonaron para recoger al pequeño león ya curado de sus dolencias y heridas. Pasados algunos meses el león había crecido y la mujer que lo había cuidado de pequeño se acercó al zoológico y en el momento de acercarse a la jaula donde estaba el león, éste, con un instinto increíble, se abalanza sobre la mujer y comienza a lamerla con una cara de satisfacción que sólo cuando se ve en las imágenes, uno puede decir y exclamar: ¡Dios mío, qué sabia es la naturaleza!
Ciertamente que una imagen vale más que mil palabras y el relato que acabas de leer es, por decirlo así, en blanco y negro y, si me permites la analogía, te diría que es contado en diferido. Lo realmente impactante es verlo en directo y a color. Aún así me atrevo a sugerirte cuál camino deberíamos escoger los seres humanos a la hora de buscar la mejor convivencia entre nosotros y creo que este camino no es otro que el AMOR y la TERNURA. Uno de los animales más fieros es el león; sin embargo, cuando éste ve a la persona que lo cuidó cuando estaba enfermo, pareciera que toda su fiereza se convierte en ternura y afecto.

Esa semana una joven de quince años me conversaba sobre la relación que tiene con su padre. Me decía que, a su edad, lo más maravilloso que le había y le sigue pasando es recibir el afecto y la ternura, de manera muy especial, que su papá le brinda. Cuando llega a mi casa y ya estoy acostada se acerca a mi dormitorio, me da un beso en la frente y si las sábanas y la colcha están desordenadas, con cuánta delicadeza y ternura las arregla y yo, que me doy cuenta, no me cansaré de agradecer a Dios el cariño y la dulzura de mi padre. Nunca se va a su trabajo sin despedirse de mí y cuando me lleva al colegio siempre baja primero, me abre la puerta, me bendice con una cruz en mi frente y me da un beso en la mejilla.
Al contarte esto simplemente te digo que, tanto en la naturaleza como en la vida real de los seres humanos, existen afectos que nos enternecen el corazón. En este instante estoy viendo una foto en donde aparece Álvaro Del Bosque, hijo de Vicente Del Bosque, Entrenador de la Selección Campeona del Mundo, España; con una enorme admiración ¡CUÁNTA TERNURA PUEDE HABER EN EL CORAZÓN DEL PADRE Y DEL HIJO!
Para otro día te cuento una bonita historia que vivieron mis padres en el partido final del mundial. No te la puedes perder.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

YO CONSTRUÍ AL HOMBRE Y SE COMPUSO EL MUNDO

Hola... La mañana del jueves pasado me dirigí al parque donde siempre me encuentro con el “loco de la colina”. Durante la noche había caído una ligera llovizna que hacía del aire una sensación maravillosa para los pulmones, porque la percepción de limpio, a la hora de respirar, se suele notar después de haber llovido. Bien es verdad que hacía bastante frío, por lo que mi amigo y yo decidimos caminar por un paseo central que acaban de inaugurar en el parque.
Le conté a mi amigo la anécdota de aquel papá que se había quedado con su hijo de ocho años, solos en la casa, ya que la mamá había salido de compras. La verdad es que el papá quería ver un partido de fútbol, cosa que al niño no le preocupaba demasiado e insistía a su padre que jugase con él. Al señor se le ocurrió la brillante idea de llevarlo a su cuarto y sacar el rompecabezas, cuyo dibujo era el Mapamundi y estaba compuesto por cientos de figuritas; luego pensó: -Por lo menos va a tener dos horas de trabajo, con lo cual voy a poder ver, tranquilamente, el partido de fútbol. Esparció las figuras, inmediatamente el niño se puso manos a la obra y a los pocos minutos aparece con el Mapamundi construido. El padre sobresaltado le dijo: -Mira hijo, cualquiera se demora horas en construir el mundo. ¿Cómo lo has hecho? El niño sonriendo le dijo: -Papá, tengo un truco: En la parte de atrás de las piezas está el dibujo de un hombre, YO CONSTRUÍ AL HOMBRE Y SE COMPUSO EL MUNDO.
Mi amigo, el “loco de la colina”, se sonrió y me dijo: -Cuéntale esto a tus lectores: Un niño le preguntó a su padre: -¿Cuál es mi principio? y el papá, junto a la mamá, le dijo a su hijo: -Tu principio somos nosotros dos. Nos unimos por amor y de nuestra comunidad naciste tú. Quiero decir que nosotros dos estamos unidos en ti. Tú eres la expresión sensible y tangible de nuestra unión. Eres parte de nosotros mismos. Desde que tu mamá y yo nos conocimos y empezamos a tratarnos, ya pensábamos en ti. Eras nuestra ilusión, nuestra esperanza, expresión de nuestro amor... y esto hizo que cada uno de nosotros diera algo de sí para que existieras.
Caminamos un largo trecho pensando, ambos, en la historia que nos habíamos contado y el “loco de la colina” rompió el silencio para decirme: -Pablo, en el fondo los dos hemos dicho lo mismo; si queremos arreglar este mundo tenemos que comenzar a construir seres humanos que surjan del amor.
Cuando regresé a mi casa y me propuse poner por escrito esta experiencia, dudé si podría buscar y encontrar las palabras apropiadas para llevarte este mensaje. Pero tu inteligencia me tranquiliza porque sé que entenderás mucho más de aquello que yo pude escribir.
En este mes de julio quiero colaborar para hacer grande NUESTRO PERÚ.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Tener un Poco de Fe

Hola... A partir de este momento y de manera especial durante este mes de julio, quiero honrar a la Patria demostrándote cuán grande y maravillosa es nuestra gente.
No está mal mirar allende nuestras fronteras y encontrar auténticos testimonios de vida de seres humanos que se han superado y pueden ser nuestros modelos, aprender de ellos lo que hicieron y escucharles lo que aprendieron de la vida.
Pero en este mes de julio quiero hablarte de un peruano como tú, se llama Ernesto. Cuando era aún un adolescente, gracias a la amistad que tenía con los hijos del Gerente de una gran empresa, ellos le hablaron a su papá y Ernesto logró trabajar en esta compañía. Su espíritu de superación lo llevó a ocupar puestos de responsabilidad y, por supuesto, ello conllevaba un buen ritmo de vida aparentemente, a la vez un espíritu de autosuficiencia. La empresa cerró de la noche a la mañana y Ernesto, como quien dice, se quedó casi en la calle. Esto no lo amedrentó y al poco tiempo ya trabajaba en una importante línea aérea; pero... escalones que en la vida uno tiene que subir y con ellos aprender a fortalecerse, también se encontró en la calle. Tuvieron que reducir su departamento a unos escasos metros cuadrados y éste se encontraba muy cerca de una Iglesia, a la cual Ernesto acudía con frecuencia, no para pedirle algo al Señor, sino para escucharle y sobre todo para recordar que, de niño y de adolescente, había recibido una formación religiosa en el prestigioso Colegio La Inmaculada, magistralmente dirigido por los Padres Jesuitas.
En uno de estos encuentros con el Señor tuvo una iluminación -llamémoslo así para no entrar en más detalles-; se levanta de la banca de la Iglesia, va a su casa y le dice a su esposa: -Ya sé lo que vamos a hacer. Fundaremos una empresa para brindar ayuda a aquellas personas que, como yo, de la noche a la mañana se queden sin trabajo y, por lo tanto, se queden “colgados” en la vida.
Y así fue, comenzaron a asesorar a algunas personas que conocían y hoy es una gran empresa multinacional en este rubro.
Ernesto me comentó que son varios años los que busca “levantar el ánimo” a quienes creen que lo han perdido todo y, de su historia que tiene varios más motivos para contarte, te diré un dato que no me sorprendió, pero estoy seguro que te puede ayudar mucho:
Mira Pablo -me dijo Ernesto- aquella persona que tiene un fondo de fe en su alma, es la que más rápido supera su crisis emocional y económica. Tiene donde asirse y desde allí, desde su fe, puede dar el impulso para volver a lograr el éxito.
Por si acaso, esta historia es real y tanto Ernesto como yo existimos.
Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!

Yo soy tu Dios, jamás te abandonaré...

Hola... Me pareció extraño que mi buen amigo, el “loco de la colina”, hubiese dejado su lugar habitual del parque que colinda con mi casa y viniese a visitarme a mi oficina. Pero para mí, como para muchos de mis amigos lectores, es enormemente gratificante el poder escucharle. Le pregunté a qué se debía su visita. Me dijo que esa noche -hacia el amanecer- escuchó la voz de Dios mientras oraba y en ella sintió que las palabras que fluían de los labios del Señor eran el bálsamo más tranquilizador que jamás en su vida hubiera escuchado.

Yo estaba sorprendido, aparte que siempre me ha llamado la atención sus historias y sus reflexiones. Le dije que me hablara y que recordase lo que el Señor Jesús le había dicho en este amanecer. El “loco de la colina” me dijo:
“*Cuando todo parece perdido, y la esperanza desaparece, búscame, estoy a tu lado aunque no me veas.

*Cuando lágrimas insistan en caer de tus ojos, recuerda la sangre que derramé para que fueras feliz.

*Yo tengo mi tiempo y soy dueño de la vida y de la muerte, porque sólo morirás en mi tiempo.

*Cuando todo parezca triste, los desamores, la falta de creencia y las desesperanzas, insiste en tomar en cuenta a tu corazón; búscame porque nunca abandoné a quien de Mí estaba necesitado. Y no serás tú, que confías en Mí, a quien Yo dejaré desamparado.

*Pon una sonrisa en tu rostro, levanta la cabeza y sigue de frente, luego sentirás mi presencia y todo se resolverá.

*Las tristezas no caben en mi mundo y si te pruebo en las cosas de la vida, es porque sé que tienes fuerza suficiente para enfrentarlas. Yo soy tu Dios, jamás te abandonaré... Por lo tanto, hijo mío, espera y confía... porque en mi tiempo todo lo resolveré. Entrégate a Mí sin miedo, porque ningún padre de este mundo abandona a su hijo. Acepta entonces las pruebas a las que te someto, porque éstas sólo servirán para engrandecer tu espíritu, así te volverás mensajero de mis palabras y serás testimonio vivo de mi poder y de amor para todos aquellos que confían en Mí.

Porque Yo soy la luz del mundo y aquel que me siga, jamás andará en tinieblas”.
Como siempre, agradecí al “loco de la colina” por estas palabras que dejo como oración para esta noche.

Gracias por llegar hasta aquí. ¡Hasta la próxima semana! ¡Que Dios nos bendiga!